El gobierno de Perú nombró este viernes 20 de agosto al diplomático Oscar Maúrtua como nuevo canciller del nuevo Poder Ejecutivo, el segundo en ocupar el cargo antes de cumplirse un mes del inicio de la gestión del presidente Pedro Castillo.
Maúrtua —ministro de relaciones exteriores durante el gobierno del entonces presidente Alejandro Toledo (2001-2006)— se juramentó por la noche ante Castillo en el palacio presidencial.
“Vamos a buscar reactivar, dinamizar aspectos operacionales” de la compra de vacunas, manifestó Maúrtua en sus primeras declaraciones a la prensa. La cancillería peruana se encarga de coordinar las compras en el extranjero de las inoculaciones contra el coronavirus.
La llegada de Maúrtua al cargo podría cambiar la política exterior de “no intervención” que Castillo anunció hace una semana que caracterizará su gestión, en una reunión con un grupo de embajadores en Lima. Las semanas anteriores, Perú había mostrado un acercamiento a los gobiernos de Cuba y Venezuela.
Por lo tanto, el legislador oficialista Guillermo Bermejo se mostró descontento con el nombramiento de Maúrtua y lo calificó de ser “una persona alineada a la política injerencista de los Estados Unidos”. Añadió que el nuevo canciller “no puede representar a un gobierno de izquierda”, sin embargo, por decisión de Castillo, el nombrado asumió el cargo como nuevo titular de la cancillería de ese país.
Maúrtua, de 74 años, reemplaza al sociólogo izquierdista Héctor Béjar, de 85 años, quien renunció el martes a la cancillería tras 19 días de gestión, por presión de la Marina y de opositores a Castillo.
La renuncia de Béjar
Meses antes de asumir la cancillería, Béjar había dicho que, aunque no tenía pruebas, el grupo terrorista Sendero Luminoso fue “en gran parte obra de la CIA”. También indicó que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina”, en referencia a explosiones sobre la casa de un ministro y de dos barcos cubanos acoderados en Lima en la década de 1970 y atribuidas a grupos descontentos de la marina inca.
Las antiguas opiniones de Béjar, recordadas por una televisora el último fin de semana, provocaron un inusual comunicado de rechazo de la Marina y también de partidos conservadores. El gobierno no lo defendió y pronto le solicitó su renuncia, sin dar explicaciones sobre su salida.
A su vez, el equipo ministerial de 19 secretarios tiene que presentarse el jueves 26 de agosto ante el Parlamento para obtener la ratificación o el rechazo de los 130 legisladores. Castillo inició su gestión con la aprobación más baja en comparación con otros presidentes en las últimas dos décadas. Según la firma Ipsos, el dignatario suma 38% de popularidad.
Fuente AP/Diario República
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