
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, aseguró este vienes que hay «prueba» del supuesto ataque químico del pasado sábado en Siria y consideró necesario responder para frenar el uso de este tipo de armamento.
Haley, a su llegada a una reunión del Consejo de Seguridad, dijo que EE.UU., Francia y el Reino Unido han llevado a cabo análisis de lo sucedido en Duma y coinciden en que se utilizaron armas químicas.
«Hay prueba de que esto ocurrió», dijo Haley, que defendió que no se puede permitir la normalización del uso de armas químicas, pero confirmó que su país aún no ha tomado una decisión definitiva sobre qué hará en respuesta.
La diplomática defendió la importancia de no precipitarse en esa reacción y defendió en ese sentido la gestión que está haciendo el presidente estadounidense, Donald Trump.
Según Haley, antes de hacer nada, es importante tener pruebas y tomar las precauciones necesarias. La embajadora, que ayer estuvo en las reuniones mantenidas en la Casa Blanca para discutir la respuesta al supuesto ataque químico, dijo que este viernes regresará a Washington.
Lo hará después de que el Consejo de Seguridad de la ONU analice la situación en Siria a petición de Rusia, a quien Haley volvió a acusar de bloquear cualquier acción desde Naciones Unidas para frenar el uso de armas químicas por parte de sus aliados de Damasco.
«La Guerra Fría ha vuelto»
La tensión entre EEUU y Rusia en torno a Siria siguió aumentando en la ONU, donde las dos potencias intercambiaron acusaciones a la espera de que Washington decida si responde militarmente al supuesto uso de armas químicas.
«La Guerra Fría ha vuelto», lamentó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, durante una nueva reunión del Consejo de Seguridad en la que, lejos de acercar posturas, las dos partes insistieron una vez más en sus tesis.
Rusia, que convocó la sesión ante las «amenazas» de EEUU a Siria, volvió a defender que el supuesto ataque químico del pasado sábado en Duma fue un montaje y que Washington y sus aliados quieren usarlo como pretexto para actuar contra las autoridades de Damasco.
«Parece que Washington ha adoptado una política categórica para desencadenar una situación militar contra Siria. Esto no puede tolerarse», dijo el embajador ruso, Vasili Nebenzia.
«Rusia puede quejarse todo lo que quiera sobre noticias falsas, pero nadie se cree sus mentiras y sus cortinas de humo», le respondió la representante estadounidense, Nikki Haley.
La embajadora aseguró que su país tiene «prueba» de que el ataque existió y defendió que Rusia es también responsable de él, por no parar los pies al Gobierno de Bachar al Asad, al que Occidente culpa de lo ocurrido en Duma, donde murieron cerca de medio centenar de personas supuestamente por una sustancia tóxica.
Con información de agencias