
Si veis a Lady Gaga por la calle, ni se te ocurra inventar correr a pedirle que te dé un autógrafo, porque la firma que te pueden estampar es un morao en el ojo, cortesía de sus guardaespaldas.
Así trataron los gorilones de la diva del pop a un admirador que quiso aprovechar antes de que terminara de salir de un hotel en Bucharest, Rumania, para ver de cerca a su adorada artista. Le llegó, pluma y papel en mano, y terminó de rollete en el suelo. ¡Comprale otro disquiiiiito!
Redacción diariorepublica.com