
El FC Barcelona arrojó unas pérdidas de 481 millones de euros durante la temporada 2020/21, afectada por la pandemia de la COVID-19 y disputada con grandes restricciones de público.
Pagar las elevadas nóminas de los jugadores sin apenas recibir ingresos por taquilla contribuyó a que la deuda bruta del club se disparara hasta los 1350 millones de euros, siendo Josep Maria Bartomeu uno de los grandes señalados de la grave situación económica del club. Y es que, entre 2014 y 2019, el expresidente blaugrana gastó más de 1000 millones de euros en fichajes con relativamente poco acierto.
El Barça, clínicamente muerto
Cuando Joan Laporta ganó las elecciones, explicó que el club estaba «clínicamente muerto» y que debían tomarse rápido decisiones difíciles. El club debía pagar unos 390 millones de euros a los jugadores y casi 670 millones de euros a los bancos.
¿Cómo consiguió el Barça, con una supuesta deuda de 1300 millones, salir de esta situación? ¿Cómo puede continuar fichando a grandes jugadores con el límite salarial de -144 millones de euros impuesto por LaLiga? ¿Cómo ha conseguido un club «clínicamente muerto» ser uno de los equipos más activos en el último mercado de fichajes?
Mientras que otros equipos han tenido que convertirse en sociedades anónimas deportivas o han acabado en manos de clubes estado, oligarcas, casinos online, casas de apuestas o demás, el FC Barcelona, con una larga historia arraigada en la tradición, ha logrado escapar de ello. En este artículo intentaremos explicar cómo.
La situación del mercado
Julian Nagelsmann, entrenador del Bayern Munich, resumió bien el desconcierto que supuso el fichaje de Robert Lewandowski por el FC Barcelona procedente del gigante alemán. Según él, el Barça «es el único club del mundo que no tiene dinero, pero ficha a quien quiere; y no es solo por Lewy, compran muchos jugadores y no sé cómo. Es un poco divertido, un poco loco».
A Nagelsmann no le faltaba razón: es realmente sorprendente que el Barça encontrara 45 millones de euros para fichar al delantero polaco de 33 años a pesar de incumplir las directrices financieras impuestas por Javier Tebas, presidente de LaLiga, que exigió al club liberar masa salarial antes de contratar a nuevos jugadores.
Tras ello, el club fichó a Raphinha (58 millones) y a Jules Koundé (50 millones), e incorporó como agentes libres a Andreas Christensen y Franck Kessié. A estos nombres hay que sumar los de Héctor Bellerín y Marcos Alonso, fichados a última hora también como agentes libres. El verano pasado, en una muestra de lo estricta que se ha puesto LaLiga, el organismo le impidió al club inscribir a nuevos jugadores hasta que se pusiera al día con sus obligaciones. Y LaLiga se mantuvo firme cuando el Barça la culpó de la imposibilidad de renovar a Lionel Messi, que acabaría marchándose al Paris Saint-Germain.
A pesar de que el club pudo inscribir a todos sus jugadores, el conflicto entre Tebas y el Barcelona continuó. Este verano, el presidente de LaLiga habló públicamente sobre la ambición del club a la hora de fichar jugadores y sugirió que no podrían hacer frente a los mismos si no activaban ciertas palancas financieras.
¿Qué son las palancas?
En este contexto, el término «palanca financiera» se refiere a un movimiento para reducir las limitaciones impuestas por la deuda del FC Barcelona. Para activar una palanca, el club debe vender parte de sus activos para generar dinero.
El Barça activó en un principio dos palancas clave relacionadas con sus derechos televisivos y comerciales. La primera palanca procede de BLM, la empresa encargada del merchandising oficial del club, que incluye camisetas, bufandas, tazas y demás. El Barça aprobó en asamblea la venta del 49,9 % de BLM por unos 200 millones de euros. La segunda se refiere a los derechos de televisión. La asamblea aprobó que el club solo aceptaría acuerdos por un máximo del 25 % de sus derechos. En junio, el Barça vendió el 10 % de sus derechos televisivos a Sixth Street por 207 millones de euros.
Sin embargo, estos ingresos son indirectos y están pensados para cumplir con los requisitos de LaLiga en caso de deuda, por lo que no pudieron usarse para invertir directamente en fichajes, lo cual obligó al Barça a activar dos nuevas palancas.
La tercera palanca financiera, anunciada tras el fichaje de Jules Koundé, supone la venta del 25 % de Barça Studios a Socios.com, la plataforma creadora de los fan tokens a través de tecnología blockchain. El trato se cerró por 100 millones. Finalmente, la cuarta palanca es la venta del 24,5 % de Barça Studios a Orpheus Media por 100 millones de euros más.
Todas estas ventas han permitido al club cumplir las normas financieras de LaLiga y, por lo tanto, fichar e inscribir a los nuevos jugadores.
El acuerdo con Spotify
El acuerdo más visible del FC Barcelona para paliar su deuda es el alcanzado con el servicio de audio en streaming Spotify.
Ambas partes lo anunciaron como una «colaboración estratégica» a largo plazo. Sin embargo, el acuerdo de patrocinio con la empresa sueca es más un indicio de lo que le espera al club a partir de ahora. Y es que al FC Barcelona cada vez le está costando más hacer valer su lema de «Més que un club».
El acuerdo, vigente a partir de la temporada 2022/23, convierte a Spotify en el principal socio del FC Barcelona, que lucirá el nombre de la plataforma de streaming en la camiseta de los equipos masculino y femenino durante cuatro años y en la ropa de entrenamiento del club durante tres temporadas. El acuerdo incluye también el cambio de denominación del histórico estadio del Barça por primera vez en su historia, que pasará a llamarse «Spotify Camp Nou».
Como suele ser habitual, las cifras del acuerdo no se publicaron, aunque varios medios nacionales, y en especial la emisora catalana RAC1, lo tasaron en 280 millones de euros (70 millones por temporada), por lo que estas cifras deben cogerse con pinzas. Por ponerlas en contexto, el acuerdo anterior del Barça con Rakuten se firmó en 2016 a razón de 55 millones de euros por año, aunque no incluían los derechos de denominación.
Si comparamos los ingresos del FC Barcelona por sus derechos de denominación con los de otros equipos europeos, el club blaugrana no sale bien parado del todo. Aunque supera los 7 millones de euros que cobra el Bayern Munich, lo cierto es que el equipo bávaro firmó su acuerdo hace tiempo y cuando le toque renovarlo lo hará al alza. El Manchester City, por ejemplo, renovó su contrato con Etihad en 2021 y ahora cobra unos 22 millones de euros al año en este concepto. Sin duda, al Barça le toca ahora aceptar las propuestas que le llegan en lugar de marcar el precio él mismo.
El futuro del club
Si los derechos televisivos de LaLiga aumentan en las próximas décadas, puede que no sea necesario vender otra parte para tener dinero fresco en el banco, pero si se mantienen en los niveles actuales o incluso bajan, el FC Barcelona podría estar en peligro.
Por otro lado, el Barça debe iniciar una etapa de racionalización del gasto, tanto en fichajes como en salarios, ya que ha dilapidado una fortuna desde que vendió a Neymar por 222 millones de euros en 2017. El club destinó ese dinero a fichar a grandes jugadores que no han dado la talla y que han acabado por empeorar la situación económica del club. Si el Barça quiere volver a ser competitivo, debe asegurarse de gastar el dinero que tiene de forma más sensata a partir de ahora.
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