Boris Johnson logró este jueves lo que durante mucho tiempo pareció imposible. Tras años de divisiones, los diputados británicos aprobaron el Brexit, en una sesión histórica, para sacar al Reino Unido de la Unión Europea el 31 de enero.
Durante un año, el texto inicialmente negociado por la anterior primera ministra Theresa May, y modificado por Johnson tras su llegada al poder en julio, había sido reiteradamente rechazado por el Parlamento, lo que obligó a tres aplazamientos y provocó una profunda crisis política.
Pero el jueves, el proyecto de ley que traduce a la legislación británica el acuerdo de divorcio con Bruselas fue aprobado sin dificultades.
Temor de mayor desregulación
Carismático y controvertido, Johnson, de 55 años, que antes que primer ministro fue canciller y alcalde de Londres, acumuló los reveses políticos y judiciales en los primeros meses de sus mandato, cuando heredó el frágil gobierno minoritario de May.
Pero triunfó donde ella había fracasado: logró renegociar con la UE un acuerdo que los 27 afirmaban inmutable y, después, impulsado por unos votantes hastiados del bloqueo político logró los 365 diputados que, en una cámara de 650, le permiten aprobar lo que se le antoje.
La oposición, liderada por un Partido Laborista en busca de nuevo líder tras sufrir su peor derrota electoral desde 1935, afirma que el acuerdo de Brexit será utilizado como “un ariete” para llevar a cabo una mayor desregulación. Pero no logró enmendarlo y, con los laboristas sumidos en una crisis de identidad, en los últimos días tampoco lo intentó con mucha convicción.
Tras la aprobación este jueves en la Cámara de los Comunes, el texto pasará la semana que viene a la Cámara de los Lores, donde tampoco debería encontrar contratiempos. Se prevé que todo el proceso esté terminado, con la firma de la ley por la reina Isabel II, hacia el 22 o 23 de enero.
El acuerdo, que permite un divorcio suave y una transición hasta diciembre de 2020 para evitar rupturas abruptas y negociar la futura relación, debe ser también ratificado por el Parlamento Europeo.
“Duras conversaciones por delante” El texto recoge entre otras cuestiones los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y los británicos en la UE, la factura -de unos 39.000 millones de libras- que Londres deberá pagar para honrar sus compromisos financieros con el bloque y el modo de mantener abierta la frontera terrestre en la isla de Irlanda.
Tras el Brexit, Londres y Bruselas emprenderán una segunda, y más complicada, fase de negociación, la de su futura relación. Johnson prometió concluirla antes de finales de año para no tener que ampliar el periodo de transición.
“Después de haber esperado más de tres años para realizar el Brexit, los ciudadanos británicos y europeos esperan con razón que las negociaciones sobre un ambicioso acuerdo de libre comercio terminen a tiempo”, le dijo el miércoles a la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Esta, que viajó por primera vez a Londres tras asumir el cargo en diciembre, dejó sin embargo claro que el tiempo es insuficiente para alcanzar un acuerdo completo de libre comercio.
“Tenemos duras conversaciones por delante y cada lado hará lo que sea mejor para él” , dijo. Y advirtió de que Londres podría perder su acceso al mercado europeo si insiste en concluirlas antes de finales de año.
Vía Globovisión/Diario República
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