
Quitarles a los ricos para darles a los pobres es sin duda la práctica más populista, inmortalizada por la leyenda inglesa de Robin Hood, y de la que han echado mano gobernantes de izquierda en Latinoamérica, siendo el fallecido presidente Hugo Chávez quizás la más fiel expresión. A menos de un mes para las elecciones municipales, su sucesor, Nicolás Maduro, pareciera estar apelando a esta práctica para intentar sacar partido de la adversa situación económica evidenciada por los índices oficiales de inflación y escasez, según observa Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
«Estas medidas que parecieran negativas y que no van a resolver nada pueden ser populares. Liquidar almacenes para vender artículos más baratos, entregar comida a la gente, puede verse como el acto de un Gobierno fuerte se activa contra los malos, el efecto Robin Hood, pero ese efecto Robin Hood puede ser peligroso porque a la larga empeora el problema».La intervención de las tiendas de electrodomésticos Daka y Pablo Electrónica resultaron ser la primera batalla de la llamada guerra económica que pareciera haberse salido de control, luego de los saqueos y destrozos ocurridos en Daka Valencia, quizás la primera consecuencia de los nuevos anuncios económicos del presidente Nicolás Maduro que será aplaudida por los beneficiados pero no así por quienes no están sacando ningún provecho de la anarquía.
«No se resuelve el problema del pan saqueando panaderías, no se resuelve el problema de la carne saqueando carnicerías. Hay que tomar en cuenta que cada vez habrá menos productos que regalar porque cuando unas medidas inmediatistas compiten con la realidad inevitablemente dejarán de haber productos.
Es difícil interpretar para dónde va la opinión pública, es impredecible. Puede anotarse unos puntos a su favor el Gobierno por el efecto inmediatista de unas medidas populistas pero también puede generarse confusión. No es posible saber hasta cuándo va a durar ese efecto populista que suele ser de corto plazo».
Recuerda Luis Vicente León que el índice de inflación (anualizada de 54,3%) y el índice de escasez (22,4%), divulgados el jueves por el Banco Central de Venezuela (BCV) dan fe de la magnitud de la crisis económica y evidencian que las medidas que se han venido tomando no han sido efectivas.
Lo que el pueblo reclamaba
Por otro lado, Nicmer Evans, politólogo identificado con el Gobierno, aclara que lo anunciado por Nicolás Maduro no son medidas económicas sino administrativas y, considera que se corresponden con lo que el pueblo estaba reclamando, ya que apuntan al control de la especulación y permiten organizar los entes encargados de la administración de las divisas para garantizar las importaciones.
«Se ha demostrado que hay voluntad concreta para generar correctivo. ¿Qué si se anuncian en víspera de un proceso electoral? Es la misma crítica de la oposición a las medidas que tomaba Chávez. En Venezuela hay un promedio de 1,3 elecciones por año siempre estamos en víspera de una elección».
Sobre el capital electoral que podría representar estas medidas populares, Evans se pregunta «¿Acaso la gente en Daka está inconforme? Podría estar incomoda por las colas pero evidentemente es una medida a favor de la población y lo que es favorable para la población es favorable para el Gobierno».
A dos voces
Evans difiere de la tesis del efecto Robin Hood de Luis Vicente León, pues el politólogo con tendencia oficialista, recalca que Robin Hood iba en contra de las leyes y robaba a los ricos para darles a los pobres, y aquí el Gobierno aplica medidas en el marco legal para quitarles a los ladrones lo que le habían quitado al pueblo.
«Aquí no hay un Robin Hood, aquí hay un Estado».
Vía La Verdad