El Diario La Verdad presenta hoy un amplio reportaje sobre el negocio de los carretilleros en Maracaibo, un tema que aún sigue candente tras su salida obligada de las calles del centro de la ciudad. La Alcaldía de Maracaibo no doblegará en su intento por reordenar el casco central, pero estos vendedores tampoco se alejan y buscan reinstalarse en la Libertador pese a la presencia policial.
Pero ¿Cómo se manejan estos buhoneros?
Aquí algunas pistas:
Le dicen "Tobita", aunque su verdadero nombre es José Ignacio Callejas. Desde hace 40 años alquila carretillas en el centro de la ciudad. Con el negocio mantiene a los 15 miembros de su familia. Hace casi un mes, el comerciante de acento colombiano, vivió en carne propia el desespero al presenciar cómo una comisión de Polimaracaibo allanó la avenida Libertador para "despojarlo" de sus instrumentos de trabajo.
De 62 años, encabeza la lista de los mayores distribuidores de los carros de madera. En sus inicios en el "ramo", hace cuatro décadas, los utilizaba para transportar la mercancía desde los depósitos hacia las mesas. Al tiempo, se convirtieron en andaderas ambulantes que hasta hace tres semanas recorrían todo el casco central, obstaculizaban el paso a los peatones y congestionaban el flujo vehicular.
El hombre más "poderoso" del alquiler de carretillas se ganó su apodo gracias a un amigo que comparó su resistencia con la de una bolsa "tobita" luego de ver la fuerza con que lanzaba bultos de cargamentos a un camión. Alquila a los vendedores informales al menos 90 por ciento de los puestos ambulantes que se desplazan en el casco central. La renta cuesta a cada buhonero 20 bolívares diarios. Antes de que entrara en vigencia el decreto 037, el cual prohíbe la circulación de estas en la calle, tenía en su poder entre 170 y 200. Ahora, confiesa, solo cuenta con al menos 100.
Adiestrados
"Tobita" hasta tiene un staff a su disposición. Cinco hombres se encargan de cobrarle a los "carretilleros", que muchas veces terminan de laborar y dejan olvidadas los puestos ambulantes. Otros siete están asignados a "mantenimiento": ellos lijan, pintan y restauran los carritos.
Hay también un camionero y un ayudante que sirve para transportar una que otra mercancía. Un vigilante se encargaba de cuidarlas durante las madrugadas. Y en días recientes contrató tres miembros adicionales entre su personal para recoger y guardar las carretillas en las chiveras para evitar que las autoridades las "licúen", término de la jerga callejera para el destrozo de las mismas.
"Tobita" se proclama como un productor de alimentos. Dice poseer un registro de comercio y una cooperativa llamada Cosemamola, que incluso está registrada en la Alcaldía de Maracaibo.
Al menos dos mil personas dependen de su negocio, destaca. "Los que recurren a mí para que les alquile tienen que mantener entre cinco y diez familiares cada uno".
Ingresos
Un día "malo" de trabajo le podía generar entre 600 y 700 bolívares. Uno "bueno" le producía hasta mil 200. Por semana sus ganancias podían superar los cinco mil bolívares. "Pero ya el negocio está pelao", reseñó en medio de lamentos y disgustos.
Según el comerciante, el cumplimiento de esta nueva ordenanza está acabando con toda una vida de trabajo. "Adaúlfo Carraquero (cargo) es el de la broma, dijo que yo tenía 900 carretillas y que cada una las alquilaba en 50 bolívares diarios. Eso es falso. Él se ha tomado esto como un problema personal".
Rechaza los operativos constantes por parte de efectivos policiales. "Se meten en las chiveras, me rompen los candados y se llevan las carretillas. Eso lo hacen al menos un día sí y otro no".
Carlos Gómez, uno de los vendedores informales, comentó que hay otros dos comerciantes a quienes pueden rentarles los "instrumentos de trabajo". Uno contaba, antes del decreto, con 70 carretillas; el otro, solo con diez.
"Ahora con este problemón ninguno quiere alquilar, tenemos que reservar una mesa que nos cuesta el triple (entre 50 y 60 bolívares), no hay otra alternativa". Pero sí la hay. Para quienes se atreven a vender en carretillas, allí está "Tobita" aún ofreciendo sus servicios.
20 bolívares al día deben pagar los carretilleros por el alquiler de su instrumento de trabajo
Peticiones
Los carretilleros piden reubicación en el centro de Maracaibo. José Ignacio Callejas, alias "Tobita", recordó que hoy a las 10.30 de la mañana asistirán a la Alcaldía de Maracaibo para hacer públicas sus solicitudes e inquietudes, entre las que destaca que las autoridades respeten su trabajo.
Sin rencores
Las acciones no son a título personal. Adaúlfo Carrasquero, coordinador del plan de reordenamiento del casco central, aseguró que en su labor solo buscar ofrecerle respuestas oportunas a los ciudadanos, que reclaman espacios libres para circular tanto en la avenida Libertador como en calles adyacentes.
"En los últimos días ni siquiera he conversado con el. Entendemos que se ve afectado por esta situación, pero nos limitamos a cumplir con la norma. Los intereses del señor Tobita no van a estar por encima de los intereses de los marabinos".
Diario La Verdad/Andrea Terán/Foto: Jahir Torres