Luis Ernesto Nava Bohórquez, de 52 años, se convirtió el miércoles en el conductor número 26 asesinado en el estado Zulia durante el año. Dos atracadores lo sorprendieron junto a otros taxistas del servicio de transporte privado Blue Line, en la avenida 9 con esquina de la calle 67-B, sector Tierra Negra de la parroquia Olegario Villalobos.
Ocurrió a las 8:00 de la noche. Cuatro transportistas conversaban frente a la sede, cuando los delincuentes llegaron a pie, armas en mano. Exigieron sus pertenencias, pero Nava se negó a entregar las llaves de su Mitsubishi Signo y demás efectos personales. Los criminales no le perdonaron la audacia y dispararon cinco veces contra su humanidad.
La víctima era un consolidado emprendedor, hijo del finado Gustavo Nava, fundador de la ferretería Gunaca. Poseía varias lanchas, con las que hacía viajes turísticos. Su profesión, la administración de empresas.
"No tenía necesidad de este trabajo, lo hacía porque le gustaba el ambiente", explicó un compañero de labores. La línea ofrece servicios de transporte exclusivo. Trabajan con una cartera selecta de clientes. "Los taxistas somos abogados, ingenieros, doctores. La gente que nos llama aparece en pantalla, porque previamente se ha registrado", detalló el hombre.
Nava quizás pensó que trabajar así reducía el riesgo de ser blanco fácil del hampa. Su sangre testifica que ser prudente no basta para librarse de esta calamidad. Tres familiares trabajaban con el difunto en el servicio élite de transporte. Hoy, más que nunca, temen por sus vidas.
"Era un auténtico caballero, y no lo digo porque siempre uno acostumbre hablar bien de los que mueren, sino porque en verdad era de la gente que uno quisiera encontrarse en todas partes", dijo un compañero. Apenas tenía seis meses en la actividad.
Funcionarios de la Policía científica trasladaron su cuerpo a la morgue de Maracaibo para las pruebas correspondientes. Luego, se hicieron los arreglos para velarlo en la funeraria Abadía Las Mercedes, en la avenida 3F.
Hiram Aguilar Espina
@aguilarespina