Al son del tambor, los fieles creyentes de San Benito, bailan y elevan cantos para rendir honores al santo negro de los zulianos.
Cada 27 de diciembre, los zulianos celebran el día de San Benito, sobretodo en los poblados de la Costa Oriental del Lago, donde la música proveniente de la fuerza africana suena con mas fuerza este día.
Las autoridades eclesiásticas hacen la simbólica entrega del santo negro al pueblo, que lo recibe en una gran fiesta con bailes, tambores, flautas y banderas, y banderas de las cofradías chimbangaleras, para pasear al negro.
Ajé, ajé, ajé Benito ajé», es el primer canto africano que se escucha en las afueras de la Catedral de Cabimas, luego de la misa de las 7:00 de la mañana, se da inicio a la celebración.
En Zulia, como en otros estados del occidente del país, se le rinde culto a San Benito entre diciembre y enero en Bobures, Gibraltar, en el Sur del Lago de Maracaibo, pero la más concurrida son las organizadas en Cabimas, donde miles de personas asisten para dar las gracias -según la creencia- por «los milagros concedidos» como la cura de enfermedades, la protección a las cosechas y la prosperidad económica, entre otros.
El Patrón de Palermo, también conocido como el Moro, era hijo de negros esclavos manumisos. Nació entre 1524 y 1525 en el pueblo siciliano de San Fratello, y murió a finales del siglo XVI (1589) en la ciudad de Palermo, Italia.
Esta tradición se ha mantenido desde la época de la colonia. Cuentan que los pobladores de los páramos se resistían a ser dominados por lo españoles; un día estaban en desventaja numérica pero se salvaron al invocar a San Benito, que bajó en una nube de pólvora para darles valor a los hombres y espantar al enemigo.
La vestimenta se caracteriza por el empleo de una capa roja, sombrero de cogollo decorado, lentes y un trabuco con el que hacen explotar pólvora. Los hombres, mujeres, adultos y niños caminan por las calles descalzos con las caras pintadas de una unción negra que representa el color de piel de San Benito.
Es tradición que alrededor de 300 tamboreros realicen su particular homenaje a lo largo de los 11,4 kilómetros que componen el recorrido. La tradición se alterna cada año en las zonas sur y norte de Cabimas, La Rosa y Ambrosio respectivamente. Se conoce que en el estado Mérida también se le rinde homenaje a San Benito por pertenecer a la zona de los páramos.
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