El Zulia se embriaga de sentimiento pascuero. Por unanimidad entre los parlamentarios, La Asamblea Nacional (AN) aprobó la petición de declarar a la gaita Patrimonio Cultural de Venezuela.
El furro retumba de júbilo con esta decisión, que salda la deuda histórica de un género que contagia de identidad al país entero. El diputado por el Sur del Lago, Freddy Paz, informó ayer que introdujo la propuesta a la AN la semana pasada, interpretando el sueño de los zulianos.
“El diputado Sergio Fuenmayor y yo organizaremos el acto central, que tendrá lugar aproximadamente en dos semanas, en el hemiciclo de la AN. Queremos invitar a una representación de los gaiteros del Zulia, a una agrupación para que toque, a representantes de los ministerios y al gobernador Arias Cardenas, para que reciba el acuerdo”, informó Freddy Paz a este diario.
Sobre la difusión del género en las estaciones radiales del país durante todo el año, aseguró: “En el acuerdo, uno de los considerandos establece la obligatoriedad de las instituciones públicas y privadas de darle difusión a la gaita como patrimonio cultural, porque siéndolo, regido por esa ley, es obligante”.
La gaita zuliana posee un origen muy ambiguo. Un manuscrito fechado el 25 de abril de 1660 (para otros cronistas data de 1689) titulado Glorioso San Sebastián, constituye el testimonio más antiguo que se tiene sobre ella.
El recordado Humberto “Mamaota” Rodríguez refirió que la gaita comenzó a escucharse después de la colonización española, cuando los pobladores zulianos entraron a las iglesias y empezaron a escuchar los villancicos que se entonaban en fechas navideñas.
“El Poeta Diamantino”, Renato Aguirre, de la emblemática ‘dinastía Aguirre’, cataloga de excepcional este acontecimiento para el género. “Es un reconocimiento al valor cultural del pueblo. La gaita lo tiene bien merecido porque es un ente muy antiguo. Ahora necesitamos que se enaltezca a quien la hace y a quien la profesa, para honrar este patrimonio que nos enorgullece”.
Otro episodio de la historia de la gaita es el de los grupos gaiteros de antes, que los integraban familias, las cuales se daban a conocer por sus apellidos (Los Arrieta, Los Ocando, Los Robles, etc). Más tarde, pobladores de un sector se organizaban y si tenían por costumbre gaitear todos los años, la gente hacía referencia a determinado grupo relacionándolo con el nombre de algún local comercial, en otra etapa del género.
Danelo Badell, gaitero y presidente del Instituto Municipal de la Gaita Ricardo Aguirre, se enteró de la aprobación de la petición de patrimonio con nuestra llamada y no pudo contener el llanto: “Desde hacía mucho tiempo habíamos desplazado al joropo, arpa y maraca. Qué alegría que le suceda esto a nuestro canto de orillas, calles, enramadas y enlosados. Seguir enriqueciendo nuestro canto es el camino”.
La gaita se dio a conocer de manera definitiva después que cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Desde 1959 y gracias a los conjuntos Cardenales del Éxito y Rincón Morales, el género se esparció por todo el país.
Sus principales exponentes sembraron las semillas de las que hoy se recogen los frutos. “El Monumental” Ricardo Aguirre y su Grey zuliana, el golpe tradicional de Fernando “El Negro” Rincón” y la alegría y el sentimiento de “El Parroquiano” Astolfo Romero, entre muchas otras figuras, sentaron las bases que consolidaron al ritmo pascuero.
“El Colosal”, Ricardo Cepeda, le agradece “a Dios y a la Chinita” por la declaración del género como patrimonio. “Esto se debe al esfuerzo de los pioneros, que comenzaron a proyectarla en años más difíciles y ya se fueron al cielo. Hay que ponerle más amor ahora, con perseverancia, para que la respeten cada vez más y que se enamoren de ella los que aún no lo han hecho”.
De los tipos de gaita zuliana se reseñan la de furro, que va con la bajada de los furros —el 18 de noviembre, Día de la Virgen de Chiquinquirá—, con el 6×8 tradicional de base. La de Santa Lucía, populosa en los barrios de los pueblos, más alegre y emparrandada por su carga de improvisación en honor a Santa Lucía.
La gaita de tambora tiene sonidos heredados de los afrodescendientes, oriunda de los pueblos de la costa del Sur del Lago, y cierra la lista la tamborera, que se casó con San Benito al compás del 2×4, fusionándose con el chimbangle. Se nutre de una gama de instrumentos que le dan cuerpo y color.
“Alegría y beneplácito por esta noticia. Esto nos permitirá hacer el pedimento para que sea patrimonio de la humanidad. Le pedimos al Gobierno que haya una ley que obligue a las emisoras a que pongan gaita todo el año. Forma parte de nuestra identidad y ahora es patrimonial”, dijo “Neguito” Borjas.
“Sentir zuliano”, “Sin rencor”, “La grey zuliana”, “El barrio emparrandao”, “Orinoco”, “Maracaibo marginada”, “Aquel zuliano” y “Mi ranchito” son sinónimo de devoción, fervor mariano, protesta, fiesta e identidad criolla, que al repique de los tambores, con el cuatro, furro, charrasca y tambora inmortalizados en la memoria histórica de nuestra identidad, ya no es solo del Zulia, sino de toda Venezuela.
Vía Panorama
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[…] “Todos encontramos en la gaita una manifestación cultural que, sin duda, es un instrumento para construir la paz, para el encuentro fervoroso de nuestro pueblo”, agregó la diputada. […]