El candidato presidencial de la oposición venezolana, Henrique Capriles, acusó al Gobierno de hacer “todo” para que no haya observadores internacionales en las próximas elecciones, sustituyendo esa figura por la de “acompañantes”, porque prefiere que“menos ojos” puedan ver sus “triquiñuelas”.
“Este es un gobierno que siempre le gusta jugar sucio y, bueno, mientras menos ojos tenga viendo el proceso, probablemente bajo su perspectiva de las cosas, significa que a la hora de sus triquiñuelas no tenga nadie que las pueda observar”, dijo Capriles en una entrevista con Efe.
Por ese motivo, Capriles subrayó que le toca a la oposición, unida en torno a su candidatura,“cuidar” el proceso electoral y “garantizar” su transparencia.
El líder opositor, que tratará de evitar que el presidente Hugo Chávez logre su tercera reelección consecutiva el 7 de octubre, señaló que el acompañamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es “lo único” planteado hasta el momento
La Unasur formalizó esta semana su asistencia a los comicios en calidad de acompañante, días después de que el Centro Carter declinara visitar Venezuela bajo esa figura.
“El gobierno y las instituciones hicieron todo para que en el país no hubiese observación internacional”
El Centro Carter explicó que el acompañamiento consiste en invitar “a individuos extranjeros a observar las actividades relativas al día de la votación, mediante unapresencia política mayormente simbólica”, mientras que la observación implica “evaluar el proceso electoral en su conjunto”.
La participación de la Organización de Estados Americanos (OEA) aún está en el aire.
La observación internacional ha jugado un papel importante en los comicios venezolanos con una destacada presencia en los de 2006, cuando hubo 130 observadores europeos y de miembros de la OEA y el Centro Carter.
“El gobierno y las instituciones hicieron todo para que en el país no hubiese observación internacional”, aseguró Capriles e alusión al cambio de estatus de las misiones extranjeras con respecto a 2006.
Según el exgobernador y abogado de 40 años, para el Gobierno, una observación “imparcial y transparente” hubiera colocado el proceso “a la vista de otros ojos”.
“Este proceso electoral nos toca a nosotros cuidarlo. Tener presencia en todas las mesas de votación y ganarnos ésto como lo vamos a ganar, a pulso”, indicó.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha insistido en las últimas semanas en que la legislación venezolana no contempla la observación, pero sí tiene previsto la presencia de “acompañantes”, figura introducida en 2006.
Inmerso en un maratoniano recorrido por el país, el candidato opositor aseguró que está trabajando “para que la victoria sea lo suficientemente contundente para que cualquier aventura no tenga ninguna posibilidad de éxito”.
“La transparencia del proceso la tenemos que garantizar nosotros. Tenemos que cuidar nuestros votos, porque en el pasado hemos visto mesas de votación donde no hemos tenido presencia, donde vota el 100 % de los electores, es decir, abstención cero y además el 100 % de los votos es para una opción”, manifestó.
Alrededor de 19 millones de venezolanos están llamados a las urnas el próximo 7 de octubre para elegir al presidente para el periodo 2013-2019 entre siete candidaturas que encabezan Chávez, en el poder desde 1999, y Capriles.
Tengo la responsabilidad de “darle un cambio histórico” a Venezuela
“Tengo en mi responsabilidad o en mis manos el realmente darle un cambio histórico a nuestro país”, declaró Capriles, cuando falta un poco más de mes y medio de una campaña en la que se ha concentrado en señalar al chavismo como lo “viejo” después de 14 años consecutivos en el poder.
Con su hablar pausado y gesticulando con las manos, Capriles no duda en afirmar que es parte “de un nuevo liderazgo” opositor.
“Está en mi espalda el éxito para que podamos tener realmente un país (…) moderno como queremos los venezolanos”, añadió este líder, que a sus 40 años exhibe entre sus logros haber sido el presidente más joven de la extinta Cámara de Diputados y vicepresidente del Parlamento.
Con un palmarés político impecable de cinco victorias en igual número de procesos electorales que lo han llevado a ser diputado, alcalde, gobernador y ahora candidato de la oposición, describe su carrera hacia la Presidencia venezolana como una “lucha de David contra Goliat”.
“Es parte del momento histórico y parte de lo que significa para nosotros este proceso, que es derrotar todo el abuso, todo el uso de los recursos públicos, todas las instituciones, todo el aparato del Estado”, aseguró, al quejarse de que no haya “ningún poste de luz en el país sin un afiche” de Chávez.
Foto: EFE / David Fernández
Y pese a que en la mayoría de los sondeos las cifras no le son favorables, cree que puede ganar las elecciones con una ventaja de más de dos millones de votos.
“Todos sabemos cuáles son los números reales. Y en el peor escenario nuestro, hoy es una competencia cerrada (…) El día 7 de octubre, yo no veo un final de fotografía, un final cerrado”, acotó el líder opositor, con su ahora famosa gorra con los tres colores de la bandera venezolana (amarillo, azul y rojo), que ha sido cuestionada por el poder electoral.
“Yo veo una victoria del 7 de octubre no por 2 millones sino por mucho más. Yo creo que nosotros vamos a llegar a un resultado electoral el 7 de octubre donde la diferencia puede llegar a ser de 10 puntos porcentuales. Puedes hablar de casi dos millones de votos de diferencia”, sentenció Capriles, para quien cada punto porcentual de diferencia representa “unos 200.000 votos”.
Foto: EFE / David Fernández
Con esa confianza y “calor”, que, dice, va “agarrando” en sus visitas casa por casa, que lo han llevado a recorrer más de 170 localidades en todo el país, se atreve a advertir de que el de Chávez “es un ciclo que duró 14 años” y “una etapa que queda atrás”.
“Para mí el 7 de octubre es una tormenta perfecta, yo creo que están dadas todas las condiciones para que nosotros demos un paso hacia delante”, complementó Capriles, al indicar que el Gobierno hoy le recuerda “a la oposición hace 10 años atrás”.
La oposición “hace diez años no tenía rumbo, estaba desacertada, no tenía propuestas, no tenía sus propios planes, era muy sostenida sobre el propio Gobierno”, agregó.
Observó que en la actualidad Venezuela está “estancada” en temas como la educación, la salud, la vivienda, la economía e incluso la producción petrolera.
Foto: EFE / David Fernández
“En nada hay crecimiento, hay dos cosas en las que ha habido crecimiento en los últimos años: la delincuencia, las cifras de homicidio que todos los años crecen, y la inflación”, sostuvo.
Apunta que no cree en las cifras oficiales, que señalan un crecimiento económico del 5,6 % en el primer semestre y la reducción en casi 10 puntos de la inflación en ese periodo con relación al mismo lapso del año pasado, ya que a su juicio, son “maquilladas”.
No tuvo, sin embargo, “prejuicios” en reconocer el acento que el actual Gobierno ha puesto en el tema social.
“Yo recojo algo positivo, que es que el tema social tiene que estar de primer lugar en la agenda y eso es algo que el Gobierno colocó en la agenda y eso es importante”, confesó Capriles, quien se define como “progresista” y de “centro hacia a la izquierda”, pues, a su juicio, en Venezuela nunca ha gobernado la derecha.
Hacia el futuro visualizó que, de llegar al poder, su Gobierno será de “verdadera unidad nacional” y aventuró que “probablemente puede haber personas que hoy están en el seno del Gobierno”.
Sobre su rival y hoy presidente, vaticinó que el proceso que encabeza “quedará atrás”.
“Yo lo veo fuera del poder, sin duda alguna, por la vía democrática”, sentenció Capriles, quien, por anticipado, señaló “que sea él” o “sea el que sea oposición, bienvenido sea”.
Vía EFE