Billy A. Gasca Z.
Arrancamos el nuevo año con la certeza absoluta de todas las dificultades que en el plano político, económico y social afrontaremos. Las circunstancias que nos toca atravesar advierten y requieren la mayor capacidad secular y espiritual para timonear el barco sin que la tormenta deteriore la embarcación representada por el Estado y sus instituciones, y mucho menos perjudique a nuestro pueblo quien confía en la conducción de los destinos de la República hacia puerto seguro.
En el plano político, los partidos y las organizaciones sociales de base jugarán un papel importante para lograr acercamientos, encuentros, debates, discusiones y consensos en temas donde la mayoría reclama acuerdos básicos para poder definir una ruta aceptada por todos, por donde se enrumbarán las más importantes decisiones que interesan a toda la sociedad, desde quien viste traje de levita hasta quien se encuentra en situaciones de minusvalía económica. No cabe duda, que las actuaciones que asuma la Asamblea Nacional serán, en suma, las definitorias en esta dura tarea de lograr el debate y dejar a un lado la confrontación.
En el ámbito económico no existen indicios que nos hagan sospechar que el precio del crudo tenga una recuperación importante, ello traduce que los ingresos por la venta de nuestro oro negro cada día resulten inferiores y eso conlleva a un recorte sustancial del gasto público o inversión social, y la adopción de medidas que impidan un deterioro en los ingresos de la familia cosa que no resulta sencilla de realizar habida cuenta que los pronósticos inflacionarios aducen un arranque en el alza de los precios de una gran parte de los productos que son necesarios para el desenvolvimiento de la vida cotidiana de todos los venezolanos. El gran reto en este aspecto, es lograr mejorar el abastecimiento de productos alimenticios básicos, así como neumáticos, baterías y repuestos, con esquemas de controles efectivos.
En el tema social, nos encontraremos con una sociedad movilizada en torno a sus exigencias. Un año electoral implica tensiones políticas que irrigan a la población en angustias, aspiraciones y esperanzas que los lideres deben canalizar. Sin embargo, lo que hagamos debe contener una energía superior, debe estar cargada de la conducción divina para poder asumir los problemas con la sabiduría de Santiago y la claridad de Moisés.
Expresemos pues nuestra sincera voluntad de conversión dándole un sentido auténtico al rol que nos toca jugar y también a nuestras propias vidas, revisando mediante un sincero examen de conciencia en qué tenemos que cambiar para reorientar los destinos de la República y nuestra existencia según la voluntad de Dios, implorando su misericordia con la intención de ser también nosotros tolerantes y compasivos con los demás y pidiendo la fuerza de su Espíritu para vencer todo cuanto se oponga al plan de Dios para el bien de toda nuestra Venezuela.
Billy A. Gasca Z.
Docente Universitario