Por: Joaquín Chaparro O.
El planeamiento urbanístico es la actividad que el urbanista ejecuta en los países desarrollados. El urbanismo no es sólo un planeamiento, es una gestión social y ambiental, conlleva hacia una organización político-administrativa. Según algunos expertos urbanistas, la política urbanística es un tronco solidario con tres partes: el planeamiento, la gestión urbanística y la organización. Cuando existe un planeamiento, se produce una buena gestión siguiendo o modificando sus previsiones y todo ello, se produce bajo la acción de los órganos urbanísticos correspondientes. Esa definición, facilita la comprensión del beneficio que tiene para cada habitante las áreas verdes, los proyectos habitacionales y la conservación del medio ambiente para la recreación.
En Maracaibo, cada habitante posee alrededor de un metro cuadrado de áreas verdes para caminar, correr, trotar, practicar cualquier deporte, para meditar, hacer ejercicios de yoga o simplemente para conversar. Eso es casi nulo, si tomamos en cuenta los estándares establecidos por la Organización mundial de la Salud OMS, (2009) donde recomienda que cada individuo debe tener al menos 10 metros cuadrados de áreas verdes para su disfrute. En la ciudad, son muy pocos los sitios donde los niños puedan jugar, donde los ancianos puedan caminar, conversar o donde los jóvenes y adultos puedan pasear las mascotas.
Esta situación, se agrava porque los planes urbanos de Maracaibo dejaron de lado los espacios públicos, entre ellos, las áreas verdes, para concentrarse en viviendas o vialidad. Hemos perdido esos espacios, primero porque no se han construido nuevos parques, los existentes como la vereda del Lago, colapsa diariamente, existen otros de menor dimensión, pero no están acondicionados para la recreación, el deporte o el ejercicio físico de los habitantes, muy poco se ha planificado al respecto durante los últimos 20 años, lo escasamente construido, ha surgido, como se realiza todo en esta ciudad, improvisadamente. Se deben construir circuitos de parques pequeños conectados a los de mayor tamaño para el fomento del desplazamiento peatonal, los maracaiberos deseamos poder caminar, al menos, por unos 200 metros tranquilo, por aceras de calidad, protegidas por árboles, eso incluso, coadyuvaría a mejorar el carácter de los maracaiberos e incluso a encontrarnos con nosotros mismos y con nuestros semejantes.
Maracaibo necesita un nuevo modelo de gestión pública a nivel gerencial, para cambiar el rostro de la ciudad, para atender el déficit de áreas verdes y los escasos parques recreacionales, que por cierto, se acentúa en los sectores populares, en las barriadas, en las urbanizaciones. La desidia y la falta de planificación no dejan lugar a los espacios públicos porque la infraestructura urbana en general requiere una reactivación y una modernización. Debemos impulsar el Paisajismo como un nuevo modelo de ciudad, para que sea atractiva, incluyente, de conservación ambiental, necesitamos una nueva visión de ciudad turística para el desarrollo de los negocios e incluir a los empresarios locales. Es necesario posicionar como zona de desarrollo económico y de crecimiento urbanístico las parroquias de Maracaibo oeste, construir mercados populares accesibles para la población de la zona, canchas deportivas, escuelas, iglesias, parques recreacionales y un Polideportivo moderno para la formación deportiva y la capacitación de los nuevos líderes y prospectos deportivos.
Maracaibo merece y necesita un nuevo sistema de trasporte urbano rápido, eficiente, social, pero al mismo tiempo, debemos rescatar la arquitectura Barroca de la ciudad, empezando por la Basílica de nuestra Virgen Rosario de Chiquinquirá. El término barroco, del portugués «barru» significa «perla de forma diferente», se utilizó en Europa durante los siglos XVII hasta mediados del XVIII, de forma despectiva para indicar la falta de regularidad y orden del nuevo estilo. La característica principal de la arquitectura barroca fue la utilización de composiciones basadas en líneas curvas, elipses y espirales, así como figuras policéntricas complejas compuestas de motivos que se intersecaban unos con otros.
Por todo esto amigos lectores, es hora de explorar un nuevo sistema de comunicación e integración humana que nos permita entender los signos de la cotidianidad y de la comunidad, de nuestras costumbres, en lo cultural, lo religioso, lo citadino, para concebir a Maracaibo mediante una nueva política urbanística basada en lo Neobarroco, expresado como una estrategia proyectual arquitectónica con matices de desarrollo integral, unirlo con las zonas verdes y la construcción de parques recreacionales para el disfrute, el bienestar, la recreación y la calidad de vida de los maracaiberos. . Maracaibo vera una nueva era y gloriosa.