El pueblo de Venezuela es demócrata. No los enseña con su esfuerzo, dedicación y coraje. De acuerdo a lo establecido en la Constitución de la Republica aprobada en el año 99, escogimos nuevo parlamento nacional. Esto debe respetarse y no descalificarse.
Desconocerlo e insistir en los errores de violencia tendrá seguramente el rechazo de los venezolanos de bien. Algunos, todavía enceguecidos, en que la invasión norteamericana va a ponerlos en el poder y en negar la participación, sin considerar la voluntad de expresarse que ha caracterizado a nuestros connacionales. El proceso se dio con normalidad más allá de los llamados a la abstención y ante la presencia de organizaciones y líderes sociales internacionales de diversas corrientes políticas de cinco continentes.
Elegimos diputados a una Asamblea Nacional que va a tener una gran responsabilidad en un momento histórico trascendente para los venezolanos. Es una oportunidad y un compromiso de todos. Debemos salir del Estado de guerra a la convivencia, a la diatriba política constructiva, al manejo de diferencias y fuerza del consenso.
Las circunstancias nos obligan a un esfuerzo mucho más orgánico y coherente hacia la eficacia, la eficiencia y la entrega absoluta a dar solución al sufrimiento de nuestra gente. Es la acción de gobierno conjunta con el poder popular, dejando de lado esa locura de mezquindad y egoísmo, pidiendo sanciones contra Venezuela, cuyas restricciones las padece es el ciudadano nuestro.
Tenemos la obligación de darnos un poder legislativo que este a la altura del momento, que sea vinculo, puente entre todos los demás poderes públicos y desde allí hacer el equilibrio indispensable para el funcionamiento en democracia del cuerpo del Estado. Es tiempo para proponer, para ofertar construcción y coadyuvar en las soluciones .La experiencia vivida a partir de la última elección, es fundamental para aprender y no repetirla.
Quienes asumen este 5 de enero están obligados para con el servicio público, honesto y entregado a la tarea legislativa con plena responsabilidad frente a nuestro pueblo. No es una escalera para subir peldaños en función de intereses personales o grupales, es la entrega plena al servicio público lo que cuenta.
Queremos felicitar a los nuevos parlamentarios, quienes asumen una tarea gigante, se deben a su pueblo, a la constitución y a los ideales nobles que esgrimieron en la campaña, deben cumplir ahora sus compromisos.
La Asamblea Nacional debe ser un espacio para la crítica, la propuesta y contraloría de gobierno. Tiene sus tareas constitucionales y deben cumplirla para lograr el equilibrio en los intereses del progreso, de la felicidad de todos los venezolanos.
FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS