Por: Soc. Enrique Parra
El civismo y la paz se fatigan al tenor de la expansión de la crisis socioeconómica, expresada en el padecimiento cada vez más lastimoso y generalizado del pueblo.
Ese Pueblo digno, pacífico, profundamente demócrata, pero hoy agobiado; está siendo obligado a enfrentar con valor patrio en cualquier terreno, a quienes lo asecha y devasta con la insólita y desproporcionada guerra económica: distorsión de la producción nacional, acaparamiento, hiperinflación inducida, bloqueo internacional y robo imperial de activos financieros e industriales en el exterior; causa determinante de la desestabilización del doméstico desempeño económico, financiero y comercial. Todo ello con la aviesa intensión de condenar a la gente, a la pauperización humana y social como hecho propiciador de una guerra civil.
Aun en el inconsciente colectivo, solo en el diálogo participativo entre todos los venezolanos – convocado reiteradamente por el Presidente Maduro – perdura la esperanza de consolidar la paz y la democracia. No obstante, necesario es advertir que el dialogo corre el riesgo de disiparse, por el agotamiento del indescifrable tiempo político. La mayoría de los venezolanos resisten y apuestan por el encuentro y desenlace político de la indeseable crisis, pero, la circunstancia país es muy ruda.
Maracaibo, 06/10/2019
ENTREVEO N° 52