Por BILLY GASCA
Los acontecimientos políticos que se suscitan en nuestra sociedad son variantes, convulsivos e impactantes. Cada día hay una sorpresa para el ciudadano común, ese que todos los días sale a la calle a encontrar soluciones a tantos problemas que le aquejan y que son extremadamente difíciles de sobrellevar. Cuando se piensa que todo está dicho en política pues un anuncio por cualquier medio de algún actor político cambia el horizonte de toda la poblaciòn en cuestión de segundos.
Cuando ingresé a la escuela de Derecho para estudiar y entender el ordenamiento jurídico venezolano lo hice con un objetivo: PROGRESAR. No existía en mi imaginario ninguna otra alternativa posible que no fuera la de la formación académica y científica para poder ascender de nivel social y encontrar de esa manera solución a mis problemas económicos y a los de mi familia, quienes, con gran sacrificio no sólo me brindaron la posibilidad de acceder a una casa de estudios universitarios, sino que con su ejemplo mis padres me motivaban frente a las adversidades a luchar en cada instante para abatir los obstáculos que hacía espinosa la culminación de mi carrera universitaria, que una vez concretada determinaron mis estudios de cuarto y quinto nivel.
Ahora, si usted no logra superar individualmente las trabas de todo orden que significa alcanzar un título universitario, como aspira a solucionar los problemas de la sociedad? Eso no se entiende en estos tiempos donde la robótica y la nano tecnología forma parte de la realidad actual de los países desarrollados y muchos en vías de desarrollo como el nuestro.
La universidad no solo representa la casa de estudios superiores, es un ámbito donde confluyen muchos problemas que ayudan a madurar el carácter del estudiante, lo hace reflexionar e interpretar múltiples realidades a las cuales ha de enfrentarse una vez que se culminan los estudios seculares y se inicia la gran batalla en la calle para aplicar lo aprendido en aula. En consecuencia, el líder político debe tener cualidades que lo hagan ser el mejor de muchos, la mejor parte de todos, como hace siglos ocurrió en Roma y en Grecia cuando la política fue descubierta como el camino por donde se conducen los pueblos.
En las ciencias políticas del mundo contemporáneo las izquierdas y las derechas ya son irrelevantes. Esas distinciones hechas en el siglo pasado fueron desplazadas por otras corrientes del pensamiento que hacen diferenciar el sustrato político entre visiones que se contraponen al interés de quienes ostentan el poder frente a los administrados. En el mundo de hoy se es humanista o no, esa es la gran diferencia y solo cuando estemos preparados para entenderlo, asimilarlo y apostar por calidad frente al carisma estaremos preparados para entrar con fuerza al siglo XXI. Estamos a tiempo.