Por Segundo Chirinos
El transporte público en Venezuela está conformado por miles de trabajadores; pudiéramos decir que son más de 800 mil personas que trabajan diariamente para alimentar a su grupo familiar. La mayoría de ellos trabaja en las líneas de autobuses, microbuses y carros por puesto o como taxistas, ejerciendo una alta economía informal y explotada, viviendo muchas veces en condicione de miseria y pobreza extrema, a pesar de producir una riqueza que está mal distribuida y concentrada en una elite explotadora.
Estos profesionales del volante viven sin derecho a una vivienda digna, pagando altos alquileres por un techo, sin vehículos propios para el trabajo, ni otros derechos sociales que ofrece el Estado, debido a una falta de organización colectiva que verdaderamente le resguarde sus derechos. Así nacieron desde la época de la cuarta República, de forma desorganizada, explotada por unos cuantos vividores “sindicaleros” que les cobraban por afiliarse a cualquier línea de transporte público, sin ninguna contra prestación social.
Era el viejo estilo adeco y copeyano, muchas veces dependiendo del paternalismo de Estado. La mayoría de las veces, estos trabajadores eran explotados, pagando altos alquileres diarios por conducir vehículos destartalados, contaminando el ambiente. Un conductor, en Venezuela, paga por vehículos alquilados, 1.500 bolívares diarios, es decir, 45.000 bolívares mensuales y 540.000 anuales por un vehículo que nunca será de su propiedad.
Multipliquemos por varios años pagando al mismo propietario; si hablamos de camionetas VAN, les cobran 2.500 bolívares diarios, y autobuses, 4.000 bolívares diarios. Ahora bien, sumen todos los ingresos diarios que recibe cada conductor, con sus respectivos pagos (ganancias); es una inmensa fortuna, pero dentro de una economía informal que genera miseria. Hay propietarios que tienen una inmensa cantidad de taxis y otros modelos de vehículos.
Allí está el capitalismo salvaje vivito y coleando; ellos son los multimillonarios de por vida, pero si organizamos el transporte, como lo hemos venido haciendo con la Red de Transporte Socialista, bancarizándolos, para que ingrese esa cantidad de dinero a los bancos públicos y privados, estos trabajadores pueden tener tarjetas de débito y crédito, cotizar FAOV para obtener viviendas e IVSS para cotizar a su pensión por vejez, tener líneas de crédito para comprar vehículos nuevos como herramientas de trabajo y línea blanca, entre otros, y de esta manera poder dar una mejor educación a sus hijos, salud, esparcimiento, hacer turismo y compartir más con la familia; es decir, tener mejor calidad de vida.
Ese es el socialismo que predicamos y practicamos, el legado del presidente Hugo Chávez. Por eso, presidente Nicolás Maduro, en nombre de miles de afiliados a la Red de Transporte Socialista en Venezuela, le damos las gracias por apoyar a nuestro sector con el excelente anuncio que usted hizo en su gira internacional, de fortalecer al sector de taxistas.
A través de la producción e importación de vehículos Cherry y de modelos iraníes. Señor Presidente, cuente con el respaldo solidario de la Red de Transporte Socialista, donde estamos organizando un gran colectivo de afiliados a nivel nacional. Contamos con una buena cartera de futuros clientes, satisfechos con el trabajo realizado con honestidad, con transparencia y a la vista de todos. Tenemos capacidad de pago con créditos de la banca pública y privada para asumir nuestra responsabilidad y fortalecer mucho más las políticas económicas y sociales del ejecutivo nacional, además de ayudar a fortalecer la inversión nacional y la producción con más ensamblaje de vehículos de diferentes marcas y modelos, conjuntamente con autopartes, con mayores ingresos económicos para el país.
Aspiramos ser tomados en cuenta, a la hora de otorgar esos créditos a precios justos, con sus respectivos mantenimientos garantizados en los talleres y concesionarios autorizados para tal fin.
La gloria para Dios.
Segundo Chirinos
Presidente de la Red de Transporte Socialista
Militante del PSUV