El aumento que registraron los precios en 2013 impactó con fuerza en el presupuesto de las familias de bajos ingresos. Las estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV) sobre el Indice de Precios del Área Metropolitana de Caracas muestran que el estrato más pobre de la población en un año padeció una inflación de 59%.
Esa variación es la más alta que se registra desde 1996, que fue la etapa en el cual se desmontaron los controles de cambio y de precios y hubo un plan de ajuste macroeconómico que incidió en la inflación.
Los más pobres suelen destinar más de la mitad de su ingreso a la compra de alimentos y al pago del transporte, por lo tanto, los incrementos que se registran en esos grupos golpean en los salarios.
Solo el pasado año en Caracas la inflación de los alimentos tuvo una variación de 72,7% y en rubros como los productos agrícolas el alza fue de 82%.
Ese aumento en los precios se reflejó en el comportamiento de la canasta alimentaria, que según los datos del Cenda, solamente en diciembre tuvo una variación de 8,7% y en 12 meses de 57,5%.
El costo de la canasta terminó en 6.416,10 bolívares y el salario mínimo de diciembre de 2.973 bolívares apenas cubría 43% de ese valor. Aunque el pasado mes de enero, el Presidente Nicolás Maduro autorizó un incremento de 10% del salario para compensar la inflación del pasado año, igual el ingreso se queda corto frente a la variación de los precios.
Más impactos
Además del mayor costo de los alimentos, las familias también sufren por la ausencia de productos en los anaqueles. Los datos del ente emisor indican que en diciembre la escasez de bienes en general fue de 22,2%.
El Cenda detalla por ejemplo que 20 de los 60 rubros que conforman la canasta alimentaria registraron escasez y algunos de los productos ausentes fueron azúcar, harina de maíz, harina de trigo, arroz, café, carne, queso, aceite, pan, pasta, granos, entre otros.
Esa falta de productos en los establecimientos obligó a las autoridades a realizar ajustes y en 2013 se revisaron productos como harina de maíz, pan, pastas, carne, pollo, leche y queso. El resultado de ello fue un aumento de 43% en los rubros controlados, el más alto desde que se efectúa la medición del Índice Nacional de Precios.
Adicionalmente, en 2013 se acentuó el desequilibrio entre la oferta y la demanda, pues la producción tuvo limitaciones y las importaciones fueron inferiores a las de 2012. Según la información oficial, las asignaciones para las compras de insumos prioritarios como alimentos y medicinas tuvieron un retroceso de 15%.
Si bien el Gobierno cuenta con una red para producir y distribuir alimentos a precios inferiores a los controlados que tiene como fin atender a las familias de bajos ingresos, esa estructura tuvo limitantes y no impidió que la inflación afectara severamente al segmento más pobre.
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela muestran que no solo los mayores costos de los alimentos impactaron en los bolsillos de las familias, el alza en el precio del transporte también incidió
La inflación del grupo de transporte el pasado año fue de 44,3%, y una parte del ingreso se orienta justo a la cancelación de ese servicio. En 2013 las familias tuvieron que soportar dos revisiones de las tarifas del transporte público.
Otros segmentos
En otros estratos de la población el incremento en los precios también afectó.
Según la información del instituto emisor el pasado año el estrato medio de la población tuvo que padecer una inflación de 53,3%, y al igual que los más pobres, es la mayor variación que se registrado en 17 años.
En las familias con más ingresos la inflación fue de 49,5%, señala el BCV.
Vía El Universal