Suiza se clasificó para octavos de final después de empatar 2-2 ante Costa Rica, que se despidió del Mundial de Rusia con honor, buen juego y una dosis de rabia acumulada que estuvo a punto de doblegar al conjunto helvético.
El conjunto «tico» quería cerrar con dignidad su paso por el Mundial de Rusia. Y más después de las críticas que recibió tras los dos primeros partidos. Hasta su entrenador, Óscar Ramírez, tuvo que avisar con seriedad a sus críticos más extremos: «Si tocan a mi familia se van a encontrar a un tigre», dijo en la víspera del choque.
EFE