El Fenómeno meteorológico o atmosférico consistente de la presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo, cenizas, arcilla o arena en suspensión, se conoce como La Bruma o La Calina.
Su origen puede deberse a las tormentas de arena, fenómeno frecuente en los países del Mediterráneo, en las Islas Canarias y otras zonas como El Caribe. En el caso de estas tormentas, las partículas tienen unas dimensiones muy heterogéneas, precipitándose las de mayor tamaño no muy lejos de la fuente y continuando las más finas a grandes distancias transportadas por el viento. En América del Norte, en la Región del Caribe y este de los Estados Unidos, se debe mayormente a remanentes de Tormentas de Polvo en el Desierto del Sáhara, que llegan con los anticiclones veraniegos y por los vientos alisios. Puerto Rico y las Antillas menores son los más afectados por estas tormentas provenientes de África cada verano.En muchos casos, aunque afortunadamente en disminución, se debe a la emisión de contaminantes domésticos e industriales en las zonas urbanas.
El fenómeno que se presentó en la Costa Occidental de Lago de Maracaibo este viernes 2/02/2015 que cubrió los cielos de Maracaibo, San Francisco y otras ciudades de la Costa Oriental como Santa Rita y Los Puertos de Altagracia, puede estar relacionada a los vientos Alisios que se presentan en esta época del año (enero-febrero), aunado a la presencia de poca humedad y los bajos vientos en esta parte del occidente del país que dan origen al fenómeno natural esporádico y cíclico.
Es posible que parte de su fuente u origen sean las partículas sólidas finas de los sedimento de la zona desértica ubicada al oeste del Estado Falcón creando un corredor de viento de dirección Nor-Este o Este hacia el Oeste. También, es posible que provengan las partículas en suspensión de zonas donde el suelo es denudado, quedando expuesto a la erosión y acción del intemperismo, no se descarta que sea parte del remanente de tormentas de polvo provenientes del desierto del Sáhara en el África. Su desaparición está condicionada por los cambios en la presión atmosférica, que puede dar origen al viento o a la lluvia.
Los efectos inmediatos en la población y en función de su densidad, produce una disminución en mayor o menor medida de la visibilidad y la aparición de molestias en ojos, nariz y garganta.
Si es persistente o abundante, al cabo de unos días suelen aparecer otros síntomas como broncoespasmos, crisis respiratorias y asma, lo cual se recomienda no exponerse si se presenta el fenómeno.
Urge profundizar la reforestación en las ciudades y en áreas desprovistas de su capa vegetal.
Nota de prensa Lenin Cardozo / www.diariorepublica.com