El compromiso de un profesional aumenta cuando su nombre gana popularidad. El caso de Jesús Parra, un director orquestal de 18 años que encontró su actual camino en un barrio de La Victoria, estado Aragua, le obliga a preocuparse por la preparación dentro de El Sistema y por las respuestas que da a la prensa, ahora desde Salzburgo; la tarea se le ha vuelto tan importante como la dirección de la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil con el maestro Abreu entre el público en el teatro Mozarteum, evento ofrecido el miércoles en la tarde en el Festival de Salzburgo.
El joven emula algunas ideas del maestro Abreu, como el escepticismo ante la existencia de la perfección. Es una manera particular de creer en el trabajo realizado, pero con la intención de mejorarlo al paso posible. En la conversación con la prensa venezolana desde la residencia que lo acoge en Salzburgo asumió también el objetivo planteado por la institución: la formación de ciudadanos; describió su caso como un rescate, pues algunos de sus amigos de infancia tomaron la delincuencia como destino.
Jesús Parra pone en la mesa la humildad y la paciencia como el alimento necesario para cualquier músico, pero él le pone un poco más sabor con los múltiples gestos y movimientos que ejecuta mientras dirige. Los ejemplos que usa para explicarles a los músicos cómo debe sonar una nota van desde lanzamientos de besos hasta bailes al ritmo del Chamambo para transmitirles la diversión que deben interpretar en el tema.
Confiesa respeto y admiración por el maestro Abreu por la formación que ha recibido dentro de El Sistema. Va a la búsqueda del camino propuesto e imaginado desde los 10 años, cuando escuchó por primera vez una orquesta sinfónica y cuando no pensaba en visitar una ciudad como Salzburgo y ser parte del festival internacional más importante.
Los oídos milimétricos le permiten hacer pausas precisas en los ensayos, sobran las indicaciones plenas de jocosidad, necesarias cuando se trabaja con niños. Esta vez le tocó dirigir también a integrantes de la Orquesta Infantil de Mozart junto con otros de la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela.
Suma retos diariamente, pero lo mueve la inspiración por los éxitos que ha obtenido Gustavo Dudamel con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y el éxito de El Sistema en el Festival de Salzburgo, donde la música transita por las calles con miles de críticos y protectores de tradición.
Por Arturo J. Palencia
Fotos: División de Prensa de Fundamusical Simón Bolívar
Fantástico!!!!