El músico y sus cómplices aprovecharon que la madre de la joven estaba sedada para montar el cadáver en un Mazda azul. Condujeron hasta la carretera vieja Barquisimeto-Yaritagua, lanzaron el cuerpo en la orilla de la carretera e intentaron carbonizarlo. La llama solo consumió la vulva de la joven, el rostro y la cabellera rubia de la estudiante.
A las 6.00 de la mañana del pasado miércoles hallaron el cadáver de la joven.
Para despistar a los investigadores, el músico lloró a su novia toda la mañana en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda. Allí lo capturó la policía al mediodía. En los interrogatorios se contradijo, cambió sus versiones y al no poder ocultarlo más admitió su crimen y delató a sus cómplices, a quienes detuvieron horas después.