Familiares de Esteban Marino, de 33 años de edad, agotarán todas las instancias para exigir que se haga justicia en el crimen del hombre que fue asesinado por un adolescente de 14 años de edad que el 7 de enero en la noche le arrojó un fosforito mientras dormía en el interior del galpón de un campo de fútbol que vigilaba en el barrio Gran Colombia, sector Prado de María de la parroquia Santa Rosalía, de Caracas.
Frank Rivero, uno de los hermanos de la víctima, explicó que el 6 de enero el adolescente amenazó a su hermano con quemarlo para quitarle su perro Golden Retriever que días antes el dueño de un taller mecánico le regaló.
“Yo no le hice nada a ese muchacho para no meterme en problemas. Él mismo me admitió que quemó a mi hermano. Espero que se haga justicia en el caso y que ese joven pague la condena que le corresponde porque si no me tendrán que meter preso a mi”, manifestó.
Marino sufrió quemaduras de segundo y tercer grado. Después de ser auxiliado por unos vecinos del barrio Gran Colombia fue llevado a cinco centros asistenciales. Finalmente, fue recibido la mañana siguiente del ataque en el hospital Vargas, donde falleció 12 días después de recibir cuidados intensivos y de haber sufrido cuatro paros respiratorios.
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