Franlly Coromoto Yépez Montilla (25), progenitora de dos niños, fue identificada la mujer, ahora llamada por todos “La Sayona de Jabón”, la que dio a luz un bebé al que mato, quemo y luego enterró en el patio de su casa al lado del baño.
El macabro hecho ocurrió hace unos tres días en el sector de La Mesita, caserío aledaño la población de Jabón, parroquia Torres, municipio Torres, estado Lara.
Como testigo ocular de este infanticidio esta un pequeño vecino de la matricida que fue quien vio toda esta horrible escena.
A los vecinos les extrañaba que desde hacía unos días la notaron sin la barriga, pero tampoco la veían con la criatura, sin embargo no fue hasta ayer miércoles cuando escucharon el relató del vecinito que desde un escondite presenció el espeluznante crimen y se atrevió a contar todo lo que observo ese día.
El valiente chiquillo narra todo lo que vio
El niño testigo valientemente contó paso a paso los hechos por lo que no hubo dudas al respecto, por cuanto a su corta edad no podría estar mintiendo con una historia tan macabra, según dijeron sus familiares quienes de inmediato notificaron a las autoridades. Lo cierto es que en la narración del infante, él vio como la mujer baja al patio de la vivienda y justo al lado del baño sepultó el bebé.
Por otro lado moradores del sector revelan que hace un par de años también la vieron embarazada, pero no conocieron nunca a la criatura, señalaron que supuestamente se deshizo de su hijo arrojándolo al río y aunque unos allegados lo buscaron nunca hallaron el cuerpo.
Funcionarios del Eje de Homicidio del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), sub-delegación-Carora llegan al sitio donde la mujer enterró la criatura envuelto en trapos, para recuperar el cuerpo y trasladarlo hasta la morgue del hospital Pastor Oropeza de esta ciudad.
El niño nació con su medida y peso normal de 50 centímetros –según el forense- el cuerpo estaba quemado y al medirlo tenía 25 centímetros aproximadamente, esto se debe a la disminución de casi un 50% del cuerpo tras someter al cadáver a un calor extremo, sin embargo al encogerse, siempre quedan algunos huesos que aún pueden indicar el tamaño con el que nació. En cuanto a la piel es mucho más delgada que la de un adulto y el cuerpo al no poseer grasa corporal cede reduciéndose más rápido con el fuego.
Mientras tanto la matricida se encuentra recluida en una celda de la policía científica a la espera del juicio para ser juzgada por el crimen que se le acusa.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com