Una filosofía, un estilo de vida sin sacrificio animal, un plato saludable sin una matanza previa. Ser vegetariano sigue siendo, a día de hoy, una práctica poco corriente en la sociedad, aunque cada vez más comprendida.
El mundo vegetariano se divide en diferentes especialidades: los veganos estrictos excluyen de su dieta todos los alimentos de origen animal, entre los que se encuentran huevos, lácteos, miel y también cualquier producto que derive de su explotación como ropa, zapatos y cosmética; los ovolactovegetarianos: que incluyen leche y huevos en su dieta.
Y por otro lado se encuentran los crudistas: aquellos que siguen una alimentación vegetariana en la que se consumen productos crudos, o ligeramente tibios, que no han sido calentados por encima de 46,7º.
Motivaciones
Los motivos que incitan a preferir una dieta vegetariana frente a la tradicional son: la salud; la ética en cuanto a derechos animales y el rechazo hacia su muerte, maltrato y explotación; los aspectos ecológicos, ya que teniendo en cuenta el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero el 18%, que el sector del transporte, y la razón religiosa como ocurre en la India que más del 40% de la población promueve el vegetarianismo como estilo de vida.
Un error muy común es pensar en todos los problemas de salud que puede acarrear el no consumir carne, ya que actualmente hay suficientes estudios que demuestran lo contrario.
José Enrique Campillo, catedrático de Fisiología en la facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura y experto en nutrición y alimentación, señala que «comer vegetales es muy saludable y previene muchas enfermedades.
Una dieta vegetariana no contiene colesterol, tiene pocas grasas, mucha fibra y pocas calorías», el problema aparece cuando se trata de dietas más estrictas como el veganismo, «llevar una dieta equilibrada siendo vegetariano estricto no es fácil ya que tiene carencias en nutrientes muy importantes para nuestra salud», señala Campillo. Entre esas carencias, destaca: la deficiencia de hierro, porque el vegetal se absorbe peor que el animal, la vitamina B12 que sólo aporta la carne.
Vía lacronicabadajoz.com/www.diariorepublica.com