Tras el anuncio del arranque del uso del chip en las estaciones de servicio del Zulia el próximo semestre, los cuatro centros de instalación del dispositivo trabajan “a media máquina”. Apenas 12 cupos diarios ofrecen en la Base Aérea Rafael Urdaneta, cifra que debe multiplicarse significativamente para censar a más de 500 mil vehículos pendientes y así incluirlos al sistema de automatización de combustible.
“No hay personal suficiente, solo se trabaja de 8:00 am a 12:00 del mediodía y si quiere que le coloquen el chip debe venir a hacer la cola desde las 6:00 am”, dijo una fuente de la Baru. Un escenario desolador también se observó en el centro de instalación, ubicado en el cuartel Libertador, donde no habían autos, solo carpas vacías.
De los 640 mil vehículos que circulan en la ciudad solo están registrados 120 mil, declaró el pasado lunes el secretario de Administración y Finanzas de la Gobernación del Zulia, Salvador González, quien asomó la probabilidad de que el sistema, aplicado solo en la subregión Guajira, se extienda a las 230 estaciones de servicio de la región.
“En la medida que aumente la demanda de personas a incorporarse al sistema nosotros duplicaremos el personal, el número de cupos, los centros de instalación y extenderemos el horario para atenderlos a todos, sin que esto se convierta en una perturbación para los zulianos”, informó González.
Ante la poca disponibilidad de lugares de instalación de la etiqueta electrónica, que comenzó hace dos años, el presidente de la Central Única de Transporte del Zulia, (CUT) Erasmo Alián, solicitó que las autoridades distribuyan más centros de este tipo para abarcar todas las unidades de transporte público. Informó que el 34% de los colectivos tienen instalado el chip.
Sobre el despacho de gasolina, Alián opinó que todos los transportes, en sus distintas modalidades, se les debe permitir cargar dos veces al día. “Un autobús, que almacena 200 litros, debe surtir por lo menos en la mitad de la tarde y luego en la noche para arrancar nuevamente al siguiente día. Los por puestos, que pueden llegar a contener 140 litros, también deben cargar combustible dos veces”, dijo el presidente de la CUT.
Aunque la idea de la instalación del chip en los vehículos surgió para frenar la fuga de combustible hacia Colombia, los marabinos estiman que la medida no arrancará el delito de raíz. “Mientras el Gobierno no acabe definitivamente con las mafias, esto seguirá siempre. Hace falta más vigilancia”, dijo Braulio Medina, residencia del sector Belloso, de Maracaibo.
De igual forma opinó Gregorio Coy, habitante del sector Haticos sobre la vinculación de funcionarios en el contrabando. “Deben colocar cámaras en las fronteras, sobre todo en los puntos de control de la GNB para verificar las gandolas que pasan en la noche”, dijo mientras cargaba gasolina en una bomba en El Milagro.
Para Marina González, el chip sería una forma de atacar el contrabando que “desangra” al país. “Si es necesario colocar el chip para que me vendan gasolina, se lo pongo. Quizás esto ayude a que no ‘bachaqueen’ con tanta frecuencia”, expresó la estudiante.
Según estadísticas oficiales, el subsidio que aporta el Gobierno nacional al combustible supera los 12.000 millones de dólares. En Táchira, una alcaldía limítrofe anunció que excluirán unos 2.000 vehículos del sistema, procedentes de Colombia, lo que significaría, un ahorro de más de 250 mil litros semanales. En total, pese a los robos y hurtos de los chips de los vehículos en esa región, se ha reducido el contrabando en un 40%, señaló el gobierno andino.
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