El 23 de enero pasado fue la última vez que el exgobernador del Zulia, Pablo Pérez Álvarez, apareció en público. «Hace 55 años la lucha no era por un color, se luchaba por libertades, por respeto (…) Hoy Venezuela está viviendo momentos difíciles, donde no podemos apostar a la violencia y la división», dijo durante un acto en la Plaza Miranda de Caracas, que celebró la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958.
A pesar de que Pérez exhortó a «no apostar a la división», su partido Un Nuevo Tiempo, hoy atraviesa una turbulencia que aún no termina, la cual miembros de la tolda, como el concejal marabino Joaquín Chaparro, atribuyen a la imposición de decisiones por parte del exalcalde Manuel Rosales, cabeza del partido en el exilio, y la consecuente anulación de las bases.
Antes de esa fecha, el saliente líder del Ejecutivo zuliano realizó una alocución dos días después de la derrota del 16 de diciembre, en la que adosó el resultado electoral a la presencia de algunos planes sociales exitosos del Gobierno nacional en el oeste de Maracaibo. En ningún momento reconoció errores de estrategia y gestión, pero lo innegable era que la decadencia del neotempismo se reflejaba en números, ya con el fracaso del 7 de octubre a cuestas.
Una semana después, la plana mayor de UNT-Zulia, compuesta por 3o directivos, renunció en pleno. Alfredo Osorio condujo la alocución, a la que Pérez no asistió. Cuando le consultaron respecto a la ausencia del exgobernador, se limitó a responder: «Él estuvo presente en la reunión donde tomamos esta decisión».
Este miércoles, la tolda azul realizó una acto desde el Hotel Kristoff de Maracaibo. Varios líderes nacionales, como la diputada al Parlatino Delsa Solórzano y el legislador nacional Stalin González, acudieron a la cita. Pero Pablo Pérez tampoco apareció. Miembros del partido aseguraron que «lo invitaron a última hora». La frase dejaba claro que Pérez carecía de participación en las últimas medidas del partido.
En Twitter su movimiento es limitado. El 5 de febrero retuiteó la cuenta del partido, que celebraba su inclusión a la Internacional Socialista. El día anterior se sumó a las condolencias por la muerte del hijo de Claudio Fermín.
Como coronilla, hace una semana lo acusaron públicamente de sostener una nómina multimillonaria de periodistas, incluso más allá de las fronteras zulianas. Tampoco ha respondido. De esta forma, en medio de la vorágine que vive UNT y las presuntas irregularidades de su gestión, Pablo Pérez abre el compás para una serie de interrogantes que quedan en el ambiente esperando contestación:
¿Hay fractura entre Pablo Pérez y Manuel Rosales? ¿Estará pensando en formar su propio partido? ¿Se esconde de algo o de alguien? ¿Apoyará a Eveling Trejo en su aspiración a la reelección? ¿Será que prepara su defensa ante la Fiscalía? ¿Acaso le perdió la fe a su partido?
Redacción DiarioRepublica.com