Noviembre en el Zulia está signado por el hecho cultural que es la devoción a la Virgen de Chiquinquirá, y bajo su advocación y protección, firmamos el comodato mediante el cual dotamos al Hospital Coromoto de Maracaibo de los equipos para realizar intervenciones quirúrgicas y estudios complejos en el Servicio de Cardiología y Hemodinamia de tan emblemático hospital, convirtiendo al estado en vanguardia tecnológica de Suramérica en el área de imágenes.
Esto es una segunda fase de la Misión Corazón Zuliano, que iniciamos con un censo permanente para las personas con enfermedades cardíacas. En el primer mes, 500 personas fueron sometidas a cateterismos, reemplazo de válvulas cardíacas, colocación de marcapasos y stent, entre otros procedimientos, de manera gratuita, tras un convenio con clínicas privadas. Todo ha sido posible gracias a la mancomunidad de esfuerzos con el Gobierno Nacional, en un proceso iniciado desde la gobernación meses atrás, y Corpozulia.
Y es que cuando se unen las rectas intenciones, y se pone en ejercicio el mandato superior de un gobernante como es servir al pueblo, los obstáculos disminuyen, y los resultados exitosos fluyen.
No se trata de populismo ni asistencialismo aislado, sino de una respuesta necesaria en un momento de guerra económica y bloqueo financiero internacional, que afecta aún más al ciudadano común en áreas vitales.
Es por ello que sigue siendo inexplicable el que haya dirigentes políticos que soliciten en el foro internacional sanciones al propio país, como forma de presión para hacerse del poder, a expensas de la vida y el bienestar de los ciudadanos.
La serenidad, la ponderación, el examen de conciencia de cada representante de los diferentes sectores debe imponerse en este momento; la guerra no convencional debe ser desplazada por el diálogo, ese diálogo que tantas veces ha propuesto el presidente Maduro.
Que la milagrosa Virgen de Chiquinquirá toque con su amor los corazones, y haga renacer lo más noble y generoso en cada uno por el bien de nuestra amada Venezuela.