Por Segundo Chirinos
El capitalismo de explotación en Venezuela está inmerso en el transporte privado y público. Aunque parezca que un taxista gana más que un diputado, realmente no es así. Al diputado de la Asamblea Nacional lo protegen las leyes, si bien es cierto que reciben bajos salarios, comparados con otros países. Pero también es cierto que tienen toda la protección social que le otorgan las leyes venezolanas, además del estatus social, que les permite el reconocimiento público y viajar al exterior en representación del país.
Ahora bien, viéndolo desde el punto de vista económico, un taxista puede ganar más dinero que un diputado, pero es explotado, no es visto como un profesional del volante. Podemos decir que más del 90% del transporte privado y público en Venezuela está en manos privadas. Los transportistas cancelan cuotas diarias por alquiler de vehículos, desde mil bolívares diarios por un carro hasta tres mil por un autobús.
Imaginemos quienes tienen en su poder desde 50 vehículos hasta pasar de mil; es la persona más rica del país. ¿Qué banco le niega un crédito? Por el contrario, les presta más. El transportista público, además de ser explotado por años, por falta de conocimientos, por desorganizado financieramente, deja de ser un cliente importante para la banca pública y privada, no son tomados en cuenta para apertura de créditos que les permitan salir de la pobreza y la explotación; no son considerados buenos clientes ni trabajadores formales, y si acaso consiguen un crédito bancario es porque tienen que mentir, buscando cartas de trabajo entre amigos y referencias comerciales y bancarias.
Es allí donde todos los diputados de la AN deben legislar para impulsar una ley que permita la bancarización de los transportistas, sin tantos obstáculos para este sector de la economía, lo que vale también para el resto de la economía informal en Venezuela.
La bancarización es una fórmula exitosa para salir de la pobreza y motorizar la misma banca pública y privada con más ingresos financieros, donde se abran créditos a estos sectores de la economía, y dejen de ser explotados por los prestamistas de siempre, y que puedan ejercer mejor sus funciones de trabajo, empezando por la buena educación financiera, como dice nuestro amigo Leocenis García, presidente para Latinoamérica de 6to Poder en su gran libro “Venezuela rebelde con causa”.
En el Zulia, desde hace casi tres años, nos ha tocado levantar un proyecto en nombre de la Red de Transporte Socialista, con más de 5.000 afiliados del sector transporte, donde pueden optar por créditos para vehículos, con el apoyo del gobierno nacional, con licencias de importación para el sector transporte. Es importante que parte de la producción de vehículos económicos en nuestro país, por el gobierno nacional, sirva para fortalecer líneas de créditos para el transporte en Venezuela.
De igual manera, en la RTS están afiliados a seguros de vida, medicina preventiva y HCM, además de cotizar FAOV, dejando de ser un peso muerto para el Estado, incluso con serios avances con la banca privada para ser bancarizados. Estamos sembrando raíces de la RTS en otros estados, mediante alianzas estratégicas con otras organizaciones de transporte. Es el verdadero socialismo. Al final ganamos todos y la gloria es para Dios.