Por Billy A Gasca Z
El título del presente artículo no forma parte de un slogan o título de un taller de auto ayuda o motivación, es más bien la idea principal del primer discurso pronunciado por Nelson Mandela como presidente electo de Sudáfrica en su toma de posesión en 1994.
En su mensaje, el líder sudafricano hizo una importante reflexión sobre los miedos que tenemos los seres humanos a brillar, a desarrollar todo nuestro potencial, porque más que tener miedo de nuestras debilidades tendemos a tener más miedo a hacer eso de lo que sabemos que somos capaces de lograr pero que no lo intentamos, y es que ciertamente el ser humano tiene un poder sin límites pero cuando el miedo se apodera de una persona no la deja avanzar.
Los venezolanos que vivimos en nuestro terruño vivimos momentos estelares para construir o destruir el futuro de las generaciones que representan nuestro relevo generacional, y pareciera estar dando círculos en el mismo punto lo cual nos impide avanzar. Para los que piensan o tienen el temor de abandonar el poder les cuesta imaginar una realidad distinta de lucha y de confrontación y para los que se sienten despojados y asistidos por la voluntad del pueblo tienen miedo a desechar una oportunidad de asaltar el poder aun a sabiendas que la ruta trazada para lograr el objetivo quizás no sea la más acertada para conquistarlo.
Sin lugar a dudas estamos en una encrucijada que solo el dialogo, el entendimiento y el debate en el campo de las ideas nos puede ofrecer para ponernos de acuerdo en las acciones que debemos emprender para que producto de un acuerdo viable ambas partes cedan parte de sus pretensiones sin abandonar la lucha política que es inmanente al ser humano que insertado en la polis desea cambios en el grupo social.
El poder se encuentra en nuestras manos, no existe en otra latitud, en otro país, en otra potencia, somos nosotros los dueños de nuestro propio destino y debemos entenderlo de esa manera. El miedo a reconocer que somos capaces de transformar nuestra realidad nos paraliza porque lo peor que hace el miedo es que se propaga hacia los que rodean a la persona que lo tiene, pero si por el contrario alguien logra vencer ese miedo, sucede algo magnifico y es que también se pierde el miedo en conjunto y los que rodean a ese valiente se van a sentir inspirados a vencer sus miedo también.
Venzamos el miedo y seamos magnánimos al reconocer nuestra capacidad para vencer los temores que nos alejan de transformar de una vez por todas nuestra República hacia destinos de progreso y bienestar, esa es nuestra estirpe, es el legado que heredamos de nuestros antepasados, es tiempo de dejar de hablar de ellos para hacer como ellos, es hoy, es ahora.