Por Daniel Ponne
La juventud venezolana está muy clara del porqué está en las calles. Y digo juventud porque no sólo son los que estudian los que están en las calles, ya que en su lucha han logrado incorporar a profesionales, amas de casas, adultos mayores y lo mejor: han despertado la conciencia social.
No es por politiquería, capricho y menos aún porque están siendo manipulados, no reconocer eso sería una necedad. En la calles hay toda una policromía social, una muchachada conformada por jóvenes blancos, negros, wayúu, humildes, clase media y alta, católicos, evangélicos y ateos, etc.
No son sólo ciudadanos que han sido opositores al actual régimen, sino que hay muchísimos que han sido afectos al proceso chavista y es allí la razón de la contundencia de las protestas pacíficas y democráticas. Hay algo muy importante que destacar y es que esta generación ha crecido, y muchos de ellos incluso han nacido, bajo el influjo del llamado socialismo del siglo XXI y todo el adoctrinamiento incluido, cosa que demuestra una vez más que los gobiernos no pueden abusar de la confianza dada por el soberano y menos aún abusar del poder que se ostenta.
Por primera vez esa juventud no protesta por el medio pasaje estudiantil, ruta o el comedor universitario, entre otras luchas tradicionales. Su lucha es más de fondo y no de forma. Están inducidos por los efectos de la vida deprimente que sufre el pueblo. Luchan porque saben que el presente no sirve y el futuro no sólo de los jóvenes sino de todos los venezolanos es negro, por no decir que no tienen futuro.
Luchan contra un estado de cosas que tienen al país sumido en calamidades. Saben que de nada valió que modificaran el nombre Venezuela, cuando ahora como nunca somos menos soberanos ya que países extranjeros están metidos en las intimidades de la patria.
Saben que de nada ha servido que el valor de la cesta petrolera sea el más alto de la historia y que poseamos las reservas de petróleo que se ubican entre las más grandes del mundo, si ahora el pueblo está más empobrecido, sufre de la inflación más alta del planeta que se traduce en un abrumador alto costo de la vida, la escasez alcanzó niveles nunca vistos y los servicios públicos no sirven, como por ejemplo el sistema eléctrico.
Además estamos sometidos a una gravísima criminalidad que sólo en el 2013 se llevó la vida de más de 25 mil personas. Tampoco sirvió de nada cambiar la denominación de la moneda cuando ahora como nunca se ha devaluado el bolívar y destruyeron la economía. No se calan el Plan de la Patria.
Luchan porque no se calan más que les cercenen la libertad de expresión e información. Porque no existe estado de derecho ni de justicia. No quieren más una nación donde el despilfarro, la corrupción y el autoritarismo sea el pan diario. No se calan más que en su país los estudiantes sean calificados como terroristas por luchar por sus derechos y los malandros sean tratados como héroes de la patria.
Ojalá la sensatez y la racionalidad toque al gobierno y digo al gobierno porque es quien tiene en sus manos la solución de esta grave situación. Es necesario lograr la paz. Los estudiantes no se la calan más, como dice la canción «son aves que no se asustan de animal ni policías» y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría.
@danielponne