Por Segundo Chirinos
Hace poco Maracaibo cumplió 485 años de fundada por Ambrosio Alfinger el 8 de septiembre 1529, además de haber sido avistada en 1499 por Alonso de Ojeda y Américo Vespucio, quienes recordaron Venecia al ver la nueva tierra.
Muchos han sido los gobernantes que han pasado, mucha la historia que contar, somos una ciudad aguerrida, trabajadora, llena de grandes paisajes, con un hermoso lago, con el puente “General en Jefe Rafael Urdaneta”, con riqueza petrolera, pesquera, en fin, la ciudad prometida de los zulianos.
Pero, lamentablemente, ante una gran desidia oficial, con un gobernante que se pasa el tiempo deshojando las margaritas en una peluquería y en viajes de placer. El premio de consolación dejado por Manuel Rosales a su amada esposa, Eveling, fue la Alcaldía de Maracaibo. Pienso que su alocada carrera de la justicia venezolana no le dio tiempo a Manuel Rosales de llevarse a su esposa y sus hijos, o la dejó con la firme intención de cuidar sus inversiones en Venezuela, en el Zulia especialmente, además de multiplicar Un Nuevo Tiempo, como Jesucristo multiplicó los panes.
Pero ese milagro ha sido imposible para la alcaldesa, por el contrario, cada vez son menos. Ver hoy a Maracaibo plena de basura, sin inversiones de ningún tipo, sin motivación al capital público, mucho menos privado no es culpa del gobierno nacional, eso es responsabilidad directa de la ciudadana Eveling Trejo de Rosales. Su gestión municipal es parasitaria, vive del presupuesto y del situado nacional, no ha sido capaz de generar más ingresos, y mucho menos generar empleos directos ni indirectos. Por eso vemos con amargura y tristeza cómo se destruye la ciudad.
La basura es un calvario por todas partes, la putrefacción, las enfermedades, la contaminación del ambiente en Maracaibo tiene nombre y apellido: la alcaldesa y su combo. Aspiramos acabar con esa guachafa en las próximas elecciones, con una candidatura de la revolución, pero verdadera, con vocación social y no disfrazada de revolución. Merecemos un gobierno municipal decente, con verdaderos valores éticos y sociales, donde el colectivo marabino sea el norte de esa gestión municipal, que trabaje diariamente y motive al resto de la población a seguirlo, para alegría y desarrollo de nuestra ciudad.
Lo peor está pasando en Maracaibo con esta pésima gestión. Los adulantes de siempre, los grupos económicos que siempre se han alimentado de estos malos gobiernos, por el contrario lo enaltecen y promocionan diciendo que es lo mejor. Aquí se está acabando con todas las tradiciones, con la gaita, la cultura, la amistad, la fe religiosa y los símbolos patrios y regionales.
Triste para nosotros ese tremendo papelón de autoridad municipal, no me explico cómo teniendo Maracaibo una excelente zona industrial, con miles de empresarios dispuestos a invertir, no se les respalde para provocar el desarrollo de nuestra ciudad, no les sea permitido a estos empresarios industriales algunas exoneraciones de impuestos para provocar el desarrollo industrial, donde están las empresa mixtas establecidas por ley en diferentes gobiernos, especialmente cuando tenemos inmensas potencialidades para crecer económicamente.
La actual alcaldesa tiene un diamante en bruto en sus manos y no ha sido capaz de asesorarse bien, es puro cuento y melodía, puro cuento de camino. Su gestión es desorganizada y pésima hasta más no poder. Ya los marabinos nos estamos acostumbrando a ver una ciudad sucia y abandonada, con una delincuencia que aumenta cada día, con un buhonerismo que hace lo que quiere en el centro de Las Playitas y avenida Libertador, con un transporte público destrozado y vehículos que tienen más de 40 años circulando, además de negarle a esos trabajadores del volante sus derechos sociales.
En fin, Maracaibo es la ciudad sin ley, abandonada y sin real, como decía Ricardo Aguirre: cuando mandan los adecos y copeyanos… la gloria para Dios.
PRESIDENTE RED DE TRANSPORTE SOCIALISTA.
MILITANTE DEL PSUV.