La fracasada cúpula dirigencial del menguado movimiento opositor de Venezuela, desarrolla una acción política violatoria de la Constitucion de la República, dando cumplimiento a la orden yanki de desobediencia jurídico-política, contra la democracia como norma constitutiva del orden político-institucional, instaurado por la mayoría de los venezolanos en elecciones libres, universales, directas y secretas.
La dirigencia contrarevolucionaria sumisa a los designios del hegemón, también ha perpetrado el oprobioso delito de traición a la patria, entre otros agravantes, destaca el maledicente trotamundismo de algunos de sus desnacionalizados personajillos, por los países del cabronato imperialista; clamando por sanciones económicas, financieras, comerciales y políticas (padecimiento, sufrimiento y penurias para todos los venezolanos) además de, la execrable suplica por la manida invasión militar contra su propia nación, – incapaces de alcanzar por si mismo, sus objetivos políticos – sin importarles el genocidio devastador, la desolación y el despojos que pudiere causar.
La reciente gira internacional de Juan Guaido – vergonzosa e inutil – por los países de la comparsa del mundo occidental, factura el comportamiento entreguista y apátrida de esa dirigencia derrotada, que no le dice nada al mundo y cada vez menos al pueblo venezolano. El mundo los observa insaciables en el chiquero de la corrupción y frustrados en la ejecución del plan de dominación, para instaurar la antihumana economia neoliberal y vender la Patria cual baratija.
No obstante en paralelo, el pueblo en pie de lucha fortifica el Estado Nación venezolano. Estado sustentado en el objetivo estratégico de la autentica democracia: garantizar la transferencia de poder al pueblo, la próspera convivencia social, la paz, la libertad, la igualdad y el bienestar colectivo.
Por lo tanto, al observar la dinamica política en Venezuela, es verificable que la democracia participativa y protagónica avanza, se consolida con el sacrificio y estoicismo colectivo en una titánica lucha patriótica, contra el desmesurado ensañamiento yanki que pretende subyugar a un pueblo, que hombro a hombro con el liderazgo político del Comandante Chavez, decidió desatarse una vez más de la ominosa y depredadora dominación extranjera, asumiendo con sentido histórico, la construcción del socialismo del S.XXI.
No ha sido fácil, la pelea contra el hegemón es asimétrica, multiforme, controla y usa el multilateralismo, compra voluntades, desestabiliza y es inescrupuloso. Hace caso omiso del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos.
Asimismo, a pesar de la obsesión supremacista contra la patria de Simón Bolívar, resulta inocultable ante el mundo, que la Revolución -legado de Chavez- ideológica, política y organizativamente se afianza y perdura erguida e invencible, por encima del fascismo burgués y radicada en la consciencia del pueblo libre, digno, independiente, soberano, republicano y socialista.
Socialismo es Democracia.
ENTREVEO N° 61
Maracaibo, 09/02/2020