Por: Soc. Enrique Parra
Cada vez es más tangible el cambio del orden sociopolítico dominante en el mundo – al menos en el llamado occidental – sus modos consumistas son cada vez más perniciosos en lo: ecológico, social, político y en lo económico-financiero.
El capitalismo global especulador, que genera guerras de distintos signos para obligar a los pueblos a convivir pasivamente con la miseria y la pobreza que le son inherente, con la depredación del medio ambiente en su voraz afán de producir de espaldas a la biodiversidad del planeta, con los fondos buitres, con las burbujas financieras estafadoras de las economías sometidas a sus designios expoliadores. En América Latina y el Caribe su expresión concreta: el imperialismo norteamericano, desde su perspectiva dominante capacita, financia, despliega a operadores e instituciones propias y a sus aliados de la derecha nacional, para obstruir el indetenible proceso de integración Latinoamericana y Caribeña que vigoriza la unidad de nuestros pueblos, para enfrentar y derrotar en nuestra región al capitalismo devastador.
Asimismo, la geopolítica mundial esperanzadora de los pueblos insumisos avanza ineluctable hacia la multipolaridad, ello lo factura el surgimiento de organizaciones regionales en el mundo y sus alianzas estratégicas – UNASUR, CELAC, BRICS – que emergen con claridad política, social, económica y financiera desde el desequilibrio del poder (unipolaridad) en el mundo de hoy, hegemonizado por los EEUU y sus aliados de la OTAN.
El liderazgo insurgente humanista, revolucionario, bolivariano y socialista en América Latina y el Caribe en lo que va del siglo – Chávez, Kirchner, Correa, Evo entre otros – ha sido capaz después de 200 años de ignominia contra sus pueblos, de enseñar a pensar y a hacer a las grandes mayorías populares la lucha posible por un futuro de inclusión social, de dignidad, de libertad, de democracia y soberanía.
El camino liberador de los pueblos del mundo, se transparenta y se proyecta en el futuro como una realidad posible, sustentable y la Revolución Bolivariana se ha convertido en un referente pedagógico político-libertario contemporáneo, de los más invocados. Estamos obligados a ser consecuentes con ese compromiso histórico, no fallemos.
Maracaibo, 26/07/15