Por Francisco Arias Cárdenas
El 9 de agosto se dio una acción binacional que es muestra de la integración entre discurso y la acción. la inauguración del centro fronterizo de distribución de alimentos, en la comunidad de Cojoro, en alta guajira.
Pocos días antes, en Cartagena, los presidentes habían acordado garantizar la alimentación y los productos de consumo para la Guajira. La rapidez y la exactitud han sido fundamentales para el cumplimiento de esta jornada extraordinaria.
La lucha contra el contrabando contiene múltiples frentes. Posiblemente el primero es la atención a la propia comunidad en los espacios donde se da el hecho ilegal.
El atractivo de la riqueza fácil, permitió a los jefes de las mafias del contrabando alejar a los pobladores de sus formas de vida tradicionales.
El comercio con la alta guajira, dado el diferencial de precios entre ambos países, se convirtio en una justificacion del contrabando hacia Colombia.
Los contrabandistas ponian como justificativo llevar insumos para la guajira.
El senso y el mercal «casa por casa» en la alta guajira venezolana, dejaron sin justificación a los inescrupulosos y han permitido avances en la batalla contra el contrabando.
Múltiples beneficios.
La atención a los pueblos de la península de manera orgánica, ordenada, dentro de costos justos y con eficiencia lo iniciamos el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en una actividad con múltiples beneficios para ambas naciones, especialmente para los y las habitantes del Zulia.
El centro inaugurado en Cojoro es un beneficio para todos los wayuu; al tiempo que hace justicia, disminuye la propensión al contrabando. La condición binacional de los pobladores de la guajira y la vocación indigenista del presidente Maduro se conjugaron en este respuesta a la demanda del pueblo wayuu y al gobierno colombiano.
Desde Venezuela, invitamos a la tierra del almirante Padilla a estar juntos siempre con nuestros pueblos en la lucha por su mejor destino.