Por Eduardo Labrador
El todo regalo, es sin duda una parte nefasta del maniqueísmo de la IV república donde los venezolanos recibieron una chupeta mientras que los adecos y copeyanos se llevaron la torta. Así pues, con mucha responsabilidad en el gobierno nacional de nuestro presidente Nicolás Maduro ha entrado en la necesidad de repensar la relación de costos –perdidas y beneficio en materia de la distribución energética , específicamente de la gasolina.
La gasolina tiene un precio congelado desde hace 15 años y actualmente el Estado venezolano tiene cuantiosas pérdidas a través del subsidio que aplica para las operaciones de despacho en la estación final.
Nadie puede negar la recuperación, control y proyección de nuestra industria nacional Petróleos de Venezuela (PDVSA), hoy como motor decisivo en la transformación del país. Por ello, el debate en la opinión publica más que si el aumento se justifica, es la acción antipatriótica, en la oportunidad aparente y cobarde de los sectores más radicales de la ultraderecha venezolana en tomar esta posible medida como una estrategia, para pretender llenar de violencia nuevamente nuestras calles.
Los precios de las gasolinas de 91 y 95 están alrededor Bs 0,070 y Bs 0,097 por litro) y el costo de producción de cada tipo de gasolina, se acerca a 2,5 bs, situación que establece un amplio margen donde el estado está dejando de invertir en otros sectores estratégicos .
Es tiempo que los venezolanos asumamos una posición critica, cónsona con los principios básicos de equilibrio económico que permita potenciar aún más el desarrollo de nuestra patria. Ya no somos el país , hipotecado de los adecos, que destinaba el 70 % del producto interno bruto al pago de la deuda con los organismo como el fondo monetario internacional y el banco mundial. Hoy nuestros presupuesto está orientado el 60 por ciento mayoritariamente a la inversión social, y por ello, requiere aún más de un extraordinario equilibrio y examen permanente para seguir impulsando entre otras la producción nacional y la superación de las necesidades de todos los sectores .
El equilibrio entre el precio de la gasolina real y los que se paga actualmente redundará incluso en fenómenos como el bachaqueo y la extracción ilegal del recurso a otros países. Además permitirá un alivio sustancial en las cuentas de operación de nuestra industria básica nacional que destina cerca de 80 millones de bolívares diarios para compensar los desequilibrios económicos . Y por otra parte, nos lleva al uso racional del producto, al aporte sincero individual de los que nos cuesta cada litro de gasolina.
Debemos deslastrarnos de la cultura del derroche y no permitir engaños de quienes intente polarizar y politizar una necesidad administrativa básica. Debemos como pueblo afrontar nuestras situaciones y superarla con unidad, como decía nuestro comandante eterno Hugo Chávez .
Vicepresidente de CLEZ.
Twitter: @labradoreduard