Tres años después de la muerte del hombre que lideró el camino a la democracia en Sudáfrica, cada vez más ciudadanos se atreven a cuestionar los compromisos que lo hicieron posible y el papel protagonista de Nelson Mandela, a quien se acusa de haber vendido a su gente para conseguir la paz racial.
Este discurso, marginal hasta hace muy poco, toma fuerza en las universidades y entre la población más joven, y, pese a ser aún minoritario, ocupa cada vez más espacio en la esfera pública.
Vía EFE/www.diariorepublica.com