«Yo tengo un sueño». No hay referencia alguna a Martin Luther King que no incluya esa conmovedora expresión de confianza en sí mismo y en su causa por los derechos civiles y políticos de los negros en los Estados Unidos. Frase que repitió ante la multitud en su marcha a Washington, «por la libertad y el trabajo», en 1963, desde el monumento a Lincoln.
El asesinato del líder en 1968 sacudió a los Estados Unidos.E l 30 de marzo de 1968, King fue a Memphis para apoyar a los empleados negros de obras públicas sanitarias. El 3 de Abril, volvió a Memphis y se dirigió a una reunión. El vuelo de King a Memphis había sido retrasado por una amenaza de bomba. Se alojó en la habitación 306 del Motel Lorraine. El 4 de Abril, mientras estaba asomado al balcón, un individuo llamado James Earl Ray le disparó. La bala entró por su mejilla derecha, rompiéndole la mandíbula y pasando por la médula espinal antes de alojarse en su hombro.
Hoy se cumplen 45 años de un hombre cuyos principios espirituales jugaron un papel crucial en su rol, clave para cambiar la historia de la nación americana y de los negros que la habitan.
Martin Luther King Junior nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia. Su padre y su abuelo fueron ministros de la fe bautista y el mismo King Jr. se convirtió en ministro posteriormente. Se graduó de escuela superior a los 15 años. Y en tres años estudió teología en Morehouse College, Crozer Theological Seminary, de Boston University.
Vía Agencias