Es demasiado pronto para saber cuándo terminará la cuarentena por coronavirus en Inglaterra, aseguró este jueves 21- de enero el primer ministro británico, Boris Johnson, mientras las muertes diarias por COVID-19 alcanzan nuevos máximos y aumenta la presión sobre los centros sanitarios en el país.
Reino Unido registró el miércoles un récord de muertes diarias por segundo día consecutivo, con unas cifras que Johnson ha calificado de “espantosas”.
Una encuesta de prevalencia, conocida como REACT-1, sugirió que las infecciones no habían disminuido en los primeros días del confinamiento, aunque el Gobierno ha comunicado que el impacto de las restricciones introducidas el 5 de enero aún no se reflejaba en las cifras.
“Creo que es demasiado pronto para decir cuándo podremos levantar algunas de las restricciones”, dijo Johnson a los medios de comunicación. “Lo que estamos viendo en la encuesta REACT es el contagio de la nueva variante que vimos llegar justo antes de Navidad. No hay duda de que se propaga muy rápidamente”.
El tercer confinamiento nacional inglés ha supuesto el cierre de bares, restaurantes y la suspensión, casi en su totalidad, de la educación presencial. El funcionario atribuyó el fuerte aumento de los casos registrado desde finales del año pasado a una variante más transmisible del coronavirus detectada por primera vez en el país (la cepa originada en el Reino).
Aunque las muertes han aumentado, el número de nuevos casos diarios ha descendido desde un máximo de 68.000 el 8 de enero hasta 38.000 el miércoles.
Johnson pretende haber vacunado a los grupos prioritarios para mediados de febrero con el fin de proteger a la gente de más edad, a los más vulnerables y al personal sanitario de primera línea, y solo entonces comenzará a estudiar si se pueden suavizar las restricciones.
Anteriormente el ministro de Educación, Gavin Williamson, había contemplado que esperaba que las escuelas volvieran a abrir en Semana Santa, y que tendrían que avisar con dos semanas de antelación antes de retomar la actividad.
Por su parte, el tren ministerial ha hecho un llamado a los ciudadanos para que se queden en casa en la medida de lo posible para evitar que los hospitales se vean desbordados y para que las autoridades tengan tiempo de distribuir las vacunas de COVID-19 de manera equitativa.
Por su parte, el principal asesor científico del Gobierno británico afirmó que algunos hospitales parecían una zona de guerra.
Joe Harrison, director ejecutivo del Milton Keynes University Hospital NHS Foundation Trust, precisó que el centro de salud había atendido a más del doble de pacientes en la segunda oleada que en la primera, y que actualmente tenía 186 pacientes activos con COVID-19.
“Creemos que durante la próxima semana, más o menos, vamos a seguir viendo una verdadera presión en nuestra unidad de cuidados críticos”, dijo a la agencia Reuters. “Y luego, con suerte, se producirá un giro y las cosas empezarán a mejorar”, concluyó.
Fuente Reuters/Diario República
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