El 11 de agosto de 2014, exactamente hace un año, se apagó la luz de uno de los rostros más queridos del cine, Robin Williams. Ganador de un Óscar como mejor actor de reparto por el papel del indomable Will Hunting, decidió acabar con su vida usando una correa a los 63 años de edad.
La muerte de Williams, fue inesperada, trágica y sacudió al mundo de Hollywood y a sus seguidores a través de sus más de 40 años de carrera artística.
A pesar de que su nombre siempre se asocia con títulos tan populares como El club de los poetas muertos, Jumanji, La Señora Doubtfire o Hook, Williams también dejó buena prueba de su talento -y de su forma de entender el cine- en otros títulos menos conocidos en los que firmó algunos de sus mejores personajes, entre ellos destaca “Popeye”, “Retratos de una obsesión” y “Un ruso en Nueva York”.
Redacción www.diarioepublica.com