El reto era mayúsculo para Serena Williams, que sólo ha parecido ser humana cuando tuvo que mirar a los ojos a la Historia.
Le ocurrió en el US Open 2015, donde además de perder la oportunidad de conseguir el Grand Slam en una misma temporada no pudo igualar los 22 ‘grandes’ de Steffi Graf.
La sombra de la alemana tapó a la de Saginaw en el pasado Open de Australia y en Roland Garros, donde triunfaron Kerber y Muguruza.
Al fin, en Wimbledon pudo empatar con Graf. La batalla era, por tanto, más con ella misma que ante su hermana mayor Venus, pero Serena no dio oportunidad al vértigo en la final del Open de Australia y se impuso por un doble 6-4 en una hora y 21 minutos.
La victoria, culminada con un abrazo entre hermanas, permite a Serena recuperar el número uno, convertirse en la jugadora de la era Open con más Grand Slams por encima de Graf, con 23, y quedarse a uno del récord histórico de Margaret Court.
«Venus, eres mi inspiración. Es la única razón por la que estoy aquí hoy y sin ti no habría podido conseguir este récord», decía la campeona.
Se regalaban elogios cruzados, aunque para Venus la final podía ser la última oportunidad de ampliar su palmarés, ocho años después de su último gran partido.La final fue, sin excusas, algo insulsa.
El drama de un duelo fratricida pareció por momentos capaz de engullir al partido. Se conocen tanto que se anulan. Las dos se han batido entre ellas más veces que nadie y eso se notó en el 28º duelo entre ambas.
Serena marcará época, pero no quedará esta final como la más espectacular. Aunque Court, que aplaudía en la grada durante la ceremonia, sabe que su reinado está a punto de caducar. Poco importa que Williams siga desafiando a la longevidad en el tenis a sus 35 años.
El partido comenzó extraño. Después de tres juegos seguidos ganados al resto, la tensión parecía llegar al máximo. Serias las dos, quizás demasiado, Serena venía de romper una raqueta en el anterior juego como respuesta a un inoportuno resbalón.
Ni eso alivió su ansiedad en la Rod Laver Arena. Tres dobles faltas al servicio le facilitaron el empate a su hermana mayor (2-2), que finalmente cedió el saque en el sexto juego.
La menor de las Williams metió entonces una marcha más a su tenis y conservó la ventaja hasta llevarse el primer parcial.El segundo cambió con la dinámica de ‘breaks’ consecutivos con la que comenzó el partido. Apoyada en buenos saques, Venus sobrevivió a un 0-40 para evitar despegarse de su hermana en el tercer juego.
Los turnos de saque caían sin estridencias, cada una aceptaba la superioridad de la otra al servicio. Fue en el séptimo juego cuando se rompió definitivamente el partido, con un ‘break’ de la nueva número uno mundial y un juego en blanco para confirmarlo.
Los últimos coletazos de Venus, que debutó hace ya 20 años en un Grand Slam, no impidieron a Serena finalizar el torneo sin apenas ceder un set y recuperar el liderato mundial que perdió en septiembre ante Angelique Kerber.
Pero sí valieron para ofrecer el mejor y más largo intercambio de golpes del choque, hasta 23. Ahora que empezaba a animarse el partido.
Vía elmundo/www.diariorepublica.com