Dolorosa derrota del Barcelona ante el Málaga en el día en que los azulgrana podían dormir líderes de la Liga (catorce jornadas después) a la espera de la visita del Real Madrid al campo del Elche. Un solitario gol de Juanmi al inicio del encuentro fue suficiente para que los malagueños, cuyo trabajo defensivo fue primoroso, pescaran un botín muy preciado en el Camp Nou.
Igual que sucedió en el partido de ida, Javi Gracia le ganó claramente la partida táctica a Luis Enrique. Dio a entender el asturiano en la previa que había encontrado soluciones para meterle mano al planteamiento que secó a su equipo en La Rosaleda (0-0), pero la realidad deparó a un Barça sin recursos en el ataque estático, intenso aunque impreciso y, lo más importante, obligado desde el minuto 6 a remontar un resultado adverso.
La puesta en escena inicial, con los azulgrana robando muy arriba y encerrando a su oponente, hizo que el Camp Nou se imaginara un partido cómodo, uno más para la racha de victorias de 2015. Sin embargo, una mala cesión de Dani Alves (especialmente inoportuna para un jugador cuyo futuro no está claro) tras un córner favorable fue un caramelo para el veloz Juanmi, que salvó la indecisa salida de Bravo y situó el definitivo 0-1.
Los de Gracia consiguieron lo más difícil: marcar en Barcelona pese a no contar con ningún punta de referencia en el once inicial (Amrabat era baja y Javi Guerra se quedó en el banquillo). Así, no tuvieron más que juntarse con criterio cerca de Kameni para desesperar a un Barça letal a reacción pero muy previsible con pocos espacios por delante.
Los culés, que pudieron empatar en la primera parte a través primero de Rafinha y luego de Iniesta, fueron perdiendo fe en sus posibilidades contra un Málaga sobresaliente que incluso pudo agravar el problema de su poderoso rival en algún contragolpe bien desplegado.
Vía ABC / www.diariorepublica.com