La última vez que Félix Hernández actuó en el montículo para el equipo triple ‘A’, los Tacoma Rainiers en el Cheney Stadium, la fecha fue el 30 de julio de 2005.
En ese entonces tuvo como compañeros de equipo a Shin-Soo Choo, Chris Snelling y Greg Dobbs.
Él ‘Rey’ dominó al equipo de Omaha con cuatro entradas sin hit y siete abanicados. Eso le sirvió de antesala para hacer su debut en las mayores cuatro días más tarde en Detroit contra los Tigres.
Hernández fue un niño prodigio de 19 años de edad procedente de Venezuela en ese entonces, el hombre que posteriormente sería el ‘Rey’ . Él tenía un futuro sin límites con los Marineros de Seattle.
Once años más tarde, él es viejo, más sabio y mucho mejor. El criollo no ha lanzado para los Marineros desde el 28 de mayo. Cinco días después de se le detectó la molestia pantorrilla derecha,
Hernández mostró su gran progreso en su apertura del pasado viernes, en lo que fue su última salida de rehabilitación antes de reunirse con los Marineros el 20 de julio contra los Medias Blancas de Chicago, en el Safeco Field.
No hubo dudas de su molestia en su pantorrilla al lanzar 5.2 entradas contra Colorado Springs, el equipo Triple A de los Cerveceros de Milwaukee. Permitió una carrera y cinco hits, incluyendo un jonrón de su paisano Manuel Piña y un doble de Orlando Arcia. Guillotinó siete bateadores (seis de ellos los hizo abanicar) y regaló un boleto.
La recta de Hernández fue apareciendo el guante del receptor Mike Zunino a 91-92 kilómetros por hora durante la mayor parte de su salida, con los cambios de velocidad ocasionales y curvas que pintó la zona más de las veces. De 75 lanzamientos de Hernández, 52 fueron en strike.
«Me sentí muy, muy bien», dijo Hernández al portal del equipo, quién añadió que: «Fue la mejor salida [en comparación a su anterior en Everett], con mejor la mecánica. Todo fue bien. Todo estaba trabajando bien esta noche. Estoy listo para ir».
El niño que electrificó Tacoma, regresó como ganador del premio Cy Young, autor del último juego perfecto lanzado en las Grandes Ligas e imagen de un selecto grupo de grandes deportistas en Seattle.
Desde que dejó Tacoma para el espectáculo, Cheney fue remodelada, pero se generó una cola de aficionados de manera dramática para verlo.
Hernández dijo que casi no lo reconoció el escenario. «Ha habido una gran cantidad de cambios en la sede del club y del estadio. Es algo diferente ahora. Eso fue hace 11 años», indicó el carabobeño.
Y si bien, este viaje atrás en el tiempo podría haber sido sólo una breve parada en el camino de regreso a Seattle, Hernández fue el dueño absoluto del escenario.
Vía Panorama / www.diariorepublica.com