
El jefe del poderoso Ejército de Tailandia se negó el viernes a descartar una intervención militar para desactivar una creciente crisis política, el último golpe a un gobierno decidido a seguir adelante con una elección en febrero pese a letales enfrenamientos con manifestantes.
El general Prayuth Chan-ocha dijo que «la puerta no estaba abierta ni cerrada» cuando fue consultado sobre un posible golpe de Estado, un fuerte cambio con respecto a las firmes negativas que el Ejército suele hacer, indicó Reuters.
«Cualquier cosa puede pasar», dijo Prayuth en una rueda de prensa en Bangkok. «Depende de la situación (…) estamos tratando de hacer las cosas bien, de manera pacífica e instamos a negociar», agregó.
Los comentarios del general representan un importante revés en un momento crítico para la primera ministra Yingluck Shinawatra, quien está siendo atacada por opositores decididos a derrocarla y debilitar la influencia de su autoexiliado hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra.
La primera ministra ha convocado a elecciones para el 2 de febrero y su partido Puea Thai tiene fuertes posibilidades de ganarlas, pero manifestantes opositores han jurado detener la votación.
La Comisión Electoral (CE) también pidió que se posponga después de los violentos enfrentamientos del jueves.
El estancamiento político y la violencia se han vuelto familiares en Tailandia, donde el Ejército ha realizado o intentado realizar 18 golpes de Estado en 81 años de democracia.
La segunda mayor economía del sudeste asiático está dividida entre quienes aman a Thaksin, como los pobres de las zonas rurales del poblado norte y noreste del país, y quienes lo detestan, un grupo que incluye a la elite conservadora de Bangkok y la clase media.
Los hechos de los últimos dos días sugieren que podrían ponerse en marcha poderosas fuerzas para minar la maquinaria política populista de Thaksin, que ganó todas las elecciones desde 2001.
Yingluck ha estado en sus bastiones del norte esta última semana, buscando apoyo antes de la votación que está decidida a realizar, consciente de que su Gobierno interino podría quedar expuesto a una escalada de protestas callejeras, desafíos legales y la posibilidad de un derrocamiento militar.
Agencias / Diario República